domingo, 11 de marzo de 2007

Top Literatos exigen libros con papel reciclado

CULTURA : LA INDUSTRIA EDITORIAL Y EL DAÑO AL MEDIO AMBIENTE

Los top de la literatura mundial exigen libros con papel reciclado


J.K.Rowling, José Saramago y Günther Grass encabezan este movimiento. Piden que sus libros se hagan con papel de residuos post consumo. Polémica por los costos.
J.K.ROWLING. CON LA EDICION CANADIENSE DE SU ULTIMO "HARRY POTTER" SE SALVARON 39.320 ARBOLES.


María Luján Picabea
mlpicabea@clarin.com


La edición canadiense de Harry Potter y la orden del Fénix, con una tirada de casi un millón de copias, fue la primera en el mundo en utilizar papel reciclado con un cien por ciento de contenido de residuos post-consumo. Dicha edición permitió, según un informe elaborado por Greenpeace, que no se derribaran 39.320 árboles y el ahorro de 63.435.801 litros de agua y la electricidad consumida por un hogar durante 262 años. J.K. Rowling, creadora de la exitosa saga del niño mago, así como otros tantos prestigiosos escritores entre los que se cuenta al Premio Nobel de Literatura José Saramago, Isabel Allende, Günter Grass, Margaret Atwood, Philip Pullman, Manuel Rivas y Rosa Regás se han puesto a la cabeza de la campaña Libros Amigos de los Bosques para eliminar el uso editorial de papel procedente de la destrucción de bosques primarios.

Las estimaciones de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) afirman que entre 1995 y 2020 la producción mundial de los sectores de pasta, papel y editorial habrá aumentado en un 77 por ciento. Frente a ello, los escritores han comenzado por exigirles a sus editores que impriman en un papel que no haya sido obtenido de modo ambientalmente incorrecto o destructivo.

El compromiso de los autores, que se han sumado a la campaña de Greenpeace, está orientado a lograr que el papel utilizado para las ediciones de sus libros provenga de fuentes respetuosas del ambiente y los criterios sociales. Para garantizarlo debe utilizarse papel reciclado, obtenido con residuos post-consumo o papel certificado por el Consejo de Administración Forestal (FSC por sus siglas en inglés) que estipula estándares de certificación para asegurar que toda la cadena de valor sea manejada de modo sustentable. En términos generales esto implica que para la producción del papel no se haya entrado en conflicto con comunidades aborígenes, ni se hayan tenido problemas gremiales; que el manejo forestal sea el adecuado, y que el proceso de blanqueamiento esté libre de cloro.

Random House Modadori, es actualmente uno de los sellos comprometidos con este emprendimiento que lidera la campaña en España. Y El Bosque de los Pigmeos de Isabel Allende fue su primer lanzamiento. La autora, activa militante de la campaña, ha señalado: "Me uno con los demás escritores para rogarle a la industria editorial que no sea cómplice en la destrucción de bosques primarios y que utilice criterios medioambientalistas cuando compran papel".

Actualmente unos doscientos cincuenta autores han adherido al programa Libros Amigos de los Bosques, además de los ya mencionados, continúan en la lista Charlotte Bingham, Ben Elton, Anne Fine, Barbara Kingsolver, Andrea de Carlo, Alice Walker, Niccolo Amanniti, Javier Moro, Alvaro Pombo, Javier Cercas y Joaquín Araujo, por nombrar sólo algunos.

En la Argentina, según ha informado Greenpeace, no hay aún ninguna edición de estas características. Los verdes trabajan activamente para que esto cambie. La próxima batalla será sobre la publicación en español de Harry Potter and the Deathly Hallows, programada para 2008. Ya en las últimas dos entregas de la saga, la editorial Salamandra aseguró haber impreso sobre papel ecológico aunque sin la certificación FSC, cosa que se espera que suceda para la próxima edición.
http://www.clarin.com/diario/2007/03/01/sociedad/s-04101.htm

La Literatura tiene algo de lotería:... (Fernado Savater)

TENDENCIAS

La literatura tiene algo de lotería: el billete premiado es best seller

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Fernando Savater.
FILOSOFO ESPAÑOL


En esa interminable sucesión de chismes, chascarrillos, cursiladas y alguna genialidad que es el Borges que aparece en los diarios de Adolfo Bioy Casares, el gran hombre le dice cierto 9 de julio a su paciente cronista: "Una cosa le falta a ese libro (Seis problemas para don Isidro Parodi) para que pueda ser considerado muy bueno: le falta el éxito. Yo no sé si sin éxito una obra puede ser muy buena".

El comentario bien podía ser irónico o paródico, como don Isidro, porque con Borges nunca se sabe. Pero no deja de plantear una cuestión interesante. En efecto, el más inequívoco criterio que todos aplicamos para determinar que una obra literaria es realmente buena, grandiosa, clásica es el éxito. La Odisea, la Divina Comedia, los Ensayos de Montaigne, Hamlet, el Quijote, Crimen y castigo o Cien años de soledad son indiscutiblemente logros literarios excelentes porque han tenido un éxito innegable a través de las generaciones.

Da igual que a cada uno de nosotros esas obras nos parezcan apasionantes o insoportablemente aburridas: ya están más allá de nuestro alcance crítico. Tolstoi se empeñó en demostrar que Rey Lear era un melodrama malísimo, pero nadie le hizo demasiado caso: ¡cosas de Tolstoi! Tenía razón Chesterton cuando definía a un autor clásico como "un rey del que se puede desertar, pero al que ya no se puede destronar". Es el peso del éxito.

No griten más, ya oigo sus protestas: ¡Shakespeare o Cervantes tuvieron —y tienen— éxito porque son parangones de excelencia, no se les tiene por excelentes a causa de su éxito! ¡Usted invierte los factores para adulterar el producto! De acuerdo, admito que sea así en una serie de casos pero, ¿podemos asegurarlo de todos? ¿No puede en ocasiones resultar la grandeza algo como el eco del éxito (los críticos y "entendidos" apoyándose unos a otros a través de los años), hasta el punto de que ya nadie se atreva a gritar que el rey va desnudo, o sea, escuchado en caso de gritar contra corriente?

¿Es absolutamente descartable la posibilidad de que existan novelas, poemas o dramas superiores a los más celebrados pero que parecen inferiores precisamente por no haber sido tan celebrados? ¿Cómo medir objetivamente el mérito de una obra literaria salvo por su capacidad comprobada de convencer duraderamente a la mayoría de los lectores o a los creadores de opinión literaria? Y esa mayoría, populista o selecta, ¿puede equivocarse alguna vez? Quizá la ironía borgeana antes mencionada apuntaba también en esta dirección llena de dudas…

Y así llegamos al enigma de los best sellers cuya aborrecida abundancia hace gemir las estanterías de las librerías de aeropuerto. No me refiero a los falsos best-sellers, es decir a la caterva que imita a los auténticos y trata de agotar el filón descubierto por ellos. A priori, nadie hubiera dicho que una extensa novela escrita por un erudito semiólogo, ambientada en las herejías del siglo XIII y con abundantes párrafos en latín pudiera seducir a las multitudes: después del triunfo de El nombre de la rosa, los detectives medievales y por extensión romanos, griegos, egipcios y asirios nos han atribulado sin cesar en busca del mimético tesoro. ¡Y qué decir de los dragones, brujos y elfos que corretean hasta la náusea tras la estela victoriosa de El señor de los anillos! No, rechacemos las imitaciones. ¿Qué hay de los verdaderos best sellers, los que inauguran con su éxito estas series? ¿Son buenos o malos, excelentes o detestables? Muchos logran el sufragio multitudinario de los lectores de manera imprevista, la operación de marketing es posterior. ¿Qué pensar de ellos? Si nos parecen mediocres, ¿vale más nuestro juicio personal que el de millones de entusiastas?

A mí, El código Da Vinci me parece deleznable. Pero, ¿y si un viajero del tiempo me dijese que dentro de doscientos años seguirá siendo considerado una obra maestra, como hoy creen tantos? ¿Me quedará otro remedio que acatarlo? Stendhal dijo que la literatura tiene algo de lotería: hay billetes premiados y otros no. ¿Entonces? No sé, por si las moscas yo vuelvo a Dickens. Y me consuelo pensando que lo importante es que no decaiga nunca, justificado o gratuito, el placer misterioso de leer.

Copyright Clarín y Fernando Savater, 2007.

http://www.clarin.com/suplementos/zona/2007/02/25/z-03501.htm

lunes, 5 de marzo de 2007

Gabo y Marzo

El Buenos Aires al que jamás regresó

La ciudad fue testigo de cómo Cien años de soledad se transformó de manuscrito en un fenómeno que impactó en todo el orbe


José Vales
El Universal
Lunes 05 de marzo de 2007

B UENOS AIRES.- A Gloria Rodrigué se le enciende el rostro cuando habla de García Márquez. Ese nombre no sólo le dice todo como la lectora voraz y atenta que es, sino que hasta puede pertenecer a su familia.
El apellido García Márquez comenzó a dar vueltas en las sobremesas familiares a comienzos de 1966, acercado por su abuelo, Pedro López Llausas, hasta convertirse en una especie de amuleto de lo que fue la editorial familiar, Sudamericana. Allí llegó un día de aquel año, "cargado de magia", según lo recuerda ella ahora, el manuscrito de Cien años de soledad para ir de cabeza a la imprenta y desde entonces no dejar de reeditarse.

En la entrevista comenta por centésima vez la historia de este lado. Una especie de contracara de la misma moneda que el propio Gabo acuñó en un artículo que publicó en el año 2001, donde explica la mágica aparición de los Buendía, un 5 de junio de 1967 y en Buenos Aires. En ese texto narra las peripecias para enviar el original, desde el otro extremo de América, en México, donde concibió su mítica novela, escrita en más de un año y trabajando seis horas diarias. Contando las monedas, junto a su esposa Mercedes Barcha, envió por correo la segunda parte primero. Para armar una vez más el rompecabezas Rodrigué, hasta hace tres años directora editorial de Sudamericana y hoy al frente de la sucursal argentina de Edhasa, muestra una carta resguardada del maltrato del tiempo en un cuadro, firmada de puño y letra por Gabriel García Márquez, en la que el autor le responde a Francisco Porrúa, por entonces editor de la editorial ubicada en el muy porteño barrio de San Telmo. Está fechada el 30 de octubre de 1965 y en ella adelanta que "es muy larga y compleja. Es una novela en la cual tengo depositadas mis mejores ilusiones". No se ilusionó en vano. Esa novela, Cien años de soledad, iba a convertirse en su mejor compañera de un largo viaje que comenzó justamente aquí, en Buenos Aires.


"Porrúa había leído algunas novelas de Gabo editadas en otros lados. Lo había hecho a través de algún amigo, creo que de Tomás Eloy Martínez (por entonces director del semanario Primera Plana) y le escribió a Gabo diciéndole que le gustaría publicar algo suyo", recuerda Gloria, cuatro décadas después.

A vuelta de correo, Gabo le explica -en esa carta conservada como uno de los tesoros privados de Sudamericana- que La hojarasca estaba en poder de la editorial de la Universidad Veracruzana y ya le recomendaba que consultara a Carmen Balcels, por saber los contratos editoriales de otros trabajos, y le ofrece Cien años cuando aún estaba inconclusa. Un telegrama de don Paco aceptando contemplar la oferta, la llegada de "algunas cuartillas primero", la respuesta con el contrato que regresó firmado y con la segunda mitad del libro, y unas semanas más tarde el paquete con la primera mitad, y un cheque de 500 dólares que bien sirvió para comenzar a saldar deudas familiares.

"Cuando un escritor viene y me pide un adelanto de dinero bastante importante yo siempre les digo que a Gabo, por Cien años le dimos 500 dólares de aquella época, que tampoco era nada, y fue el mayor éxito de la editorial. Para mí es mufa, trae mala suerte pagar mucho de adelanto, y a las pruebas me remito."

Gloria, asegura hoy que ese libro posee "algo mágico".

http://www.eluniversal.com.mx/cultura/51745.html

domingo, 4 de marzo de 2007

Cambiar El Mundo Con Una Enciclopedia

Cambiar el mundo con una enciclopedia
Andrés J. Reina relata en una novela una historia de intriga y espionaje en el Madrid sitiado de la Guerra Civil

SERGIO MELLADO - Málaga - 04/03/2007



Un Madrid imaginado, devastado por la guerra, donde la vida transcurre de forma frenética, poblado de personajes misteriosos y en el que bulle una creatividad artística que sirve a sus habitantes de vía de escape a los horrores y miserias cotidianos. Éste es el escenario donde transcurre Matar a un leopardo (Fundación José Manuel Lara) la segunda novela del escritor Andrés J. Reina, un malagueño de Tánger que a sus 34 años compagina su oficio de abogado con una de sus pasiones: contar historias que conjuguen la calidad con el entretenimiento. Esta meta le valió para alzarse como finalista del Premio de Novela Fernando Lara en 2003 con su primera obra, Yoshiwara.

"A mí me trae al fresco el realismo. No soy respetuoso con el realismo"
A ese Madrid en guerra llega de provincias Antonio Gauna, un joven aspirante a actor de 22 años que se ve envuelto en una conjura de espionaje internacional, situación que acabará con su inocencia y le llevará a mentir, matar y asesinar por defender de nazis y norteamericanos una enciclopedia ideada por un magnate de la comunicación algo megalómano y escrita por un grupo de sabios con la esperanza de que ésta cambiará el rumbo del mundo. Un Madrid inventado escogido como escenario que el autor asegura que eligió por exigencias de la propia historia.

"No tenía ningún deseo especial de localizar la historia en la Guerra Civil. Lo que sí necesitaba era un espacio temporal donde pudiera ocurrir de todo. Y el Madrid de los años treinta me parecía idóneo porque la Guerra Civil es lo más parecido a un western, que me parece el género narrativo perfecto, porque da mucho juego: hay un bueno, un malo, una chica, acción... Y la Guerra Civil me brindaba todo eso. Es un periodo donde las convenciones sociales están vueltas del revés, en el que puede pasar de todo y en el que se mueven todo tipo de personajes peculiares, extravagantes", apunta Reina sobre la elección del Madrid en guerra para contextualizar la historia de su novela.

"A mí me trae al fresco el realismo. No soy nada respetuoso con el realismo. La imaginación es el principal recurso de los escritores. No cuento apenas nada de la guerra, a lo mejor en algún capítulo unos breves apuntes históricos, pero ésta es una novela de interiores, de personajes", añade para explicar que Matar a un leopardo no sigue la estela de otras novelas recientes que sí ahondan en revivir episodios de la Guerra Civil. Reina recurre de nuevo en esta novela al mundo del teatro, del espectáculo, en el que trata de hacerse un hueco su protagonista.

"Sí, es una novela muy teatral en cuanto a su estructura. Es una novela muy dialogada y en forma de escenas", indica el autor, muy ligado a este mundo ya que compagina su oficio de abogado además de con la literatura con su faceta de director teatral y guionista de cine, otra de sus pasiones y que ejerce cierta influencia en su obra, donde retrata a personajes "excéntricos, misteriosos y ambiguos que se mueven en una ciudad exhausta", como los que aparecen en El tercer hombre, de Graham Greene.

"La novela está focalizada en tres o cuatro personajes principales. El protagonista, Antonio Gauna, quiere llegar a ser un gran actor, pero se ve inmerso en una trama que trastoca sus planes. La novela está relatada desde su punto de vista, pero hay otros personajes que rivalizan en protagonismo, como puede ser Max Gatty, un magnate de la comunicación que dirige el último periódico independiente y que tiene un plan definido para resolver los problemas del mundo", concluye Reina.

http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Cambiar/mundo/enciclopedia/elpepuespand/20070304elpand_11/Tes

Cien Cartas A Un Desconocido

Domingo 4 de marzo de 2007

El arte de la edición

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Ya conocíamos las facetas de novelista y ensayista de Roberto Calasso, pero faltaba su testimonio como editor, actividad que realiza desde comienzos de los sesenta en la prestigiosa editorial Adelphi. Partiendo de la base de que la solapa - o la contratapa- es el único medio que le permite al editor explicar qué lo motivó a publicar determinado libro, Calasso recogió los cien textos que mejor representan sus afinidades, intereses y riesgos. Así, junto a los baluartes de la literatura centroeuropea (Roth, Walser, Canetti) se incluyen en su catálogo libros clásicos de oriente, volúmenes que socavan las bases de la ciencia moderna y un espectro de autobiografías tan amplio que caben San Ignacio de Loyola, Kant y una prostituta de Nueva Orleans.

La diversidad se puede traducir fácilmente en desparramo. Aquí, sin embargo, se aprecia una mirada atenta que trata de restablecer las conexiones entre la literatura y lo sagrado, entre el pensamiento contemporáneo y la belleza escondida en los mitos. También se deduce que la edición es el arte de dar forma a una pluralidad de libros como si fueran los capítulos de un único libro.

Sobre un volumen basado en contratapas siempre hay que sospechar, por mucho que la escritura de Calasso esté más cerca de la exégesis que de la estridencia publicitaria. El mismo autor se hace cargo en el prólogo de esta desconfianza, aunque es enfático al plantear que "el arte del elogio preciso no es menos difícil que el de la crítica inclemente". La duda respecto de la materia que conforma esta obra, así como ciertas discrepancias sobre la valoración de algunos autores - Hudson, Chatwin, Manganelli- , en ningún caso debieran desmotivar al lector inquieto, al adicto a las rarezas, a todo el que desee conocer tradiciones literarias poco exploradas por estos lados. Una luz seductora ilumina las páginas de este libro que se lee como una bóveda abierta, con sus tesoros a la vista.

ÁLVARO MATUS

Cien cartas a un desconocido
Roberto Calasso
Anagrama, Barcelona, 2007, 185 páginas, $21.000.

Narrativa
http://diario.elmercurio.com/2007/03/04/al_revista_de_libros/_portada/noticias/34C22FF1-4401-4719-B669-04D732CBA0E5.htm?id={34C22FF1-4401-4719-B669-04D732CBA0E5}

La Odisea En La Odisea

Domingo 4 de marzo de 2007

MIGUEL CASTILLO DIDIER.Nueva obra sobre escritor griego:
La Odisea en la Odisea

Grinor Rojo


El escritor chileno y erudito del helenismo presenta este libro sobre el poema del griego Nikos Kazantzakis, que relata la vida de Ulises después de su regreso a Itaca, su necesidad de aventura y su nuevo abandono del hogar.

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GRINOR ROJO

Que en Chile, donde según una encuesta reciente la inmensa mayoría de la población no lee ni un solo libro al año y donde el trabajo de o con la literatura coquetea a menudo con la farandulización más descarada, haya un neohelenista de los pergaminos de Miguel Castillo Didier no deja de ser paradójico. Es el gran traductor a la lengua española de lo mejor de esa literatura: traductor de Constantino Kavafis, Giorgos Seferis, Yanis Ritsos, de Odiseo Elytis y, también, desde luego, de Nikos Kazantzakis. No sólo eso. Además de su imponente "Un milenio de poesía griega" (2004), a lo largo de los años, sin ninguna bulla, Castillo Didier ha venido publicando una serie de trabajos de investigación dedicados a los autores de la nueva Grecia, trabajos que hoy y en cualquier sitio forman parte de la bibliografía referencial obligada sobre esa literatura de la que sus compatriotas poco y nada sabemos.

Odisea moderna

He escrito lo anterior para saludar el nuevo libro de Castillo Didier: "La Odisea en la Odisea. Estudios y ensayos sobre la Odisea de Kazantzakis". El poema de Kazantzakis es, como algunos saben, uno de los monumentos mayores de la literatura del siglo XX, compartiendo con el "Ulises" de Joyce el privilegio de ser uno de los dos textos cumbres entre los muchos escritos a partir de la obra de Homero durante la centuria que hace poco se nos fue. Kazantzakis, que lo consideraba como lo más valioso que hizo nunca, lo escribió y lo reescribió, según nos informa Castillo Didier, durante más de veinte años. Publicó una primera versión en 1924 y la definitiva en 1938, compuesta esa última "de 33.333 versos [Don Eleazar Huerta hubiese especulado de inmediato acerca de 'la magia del tres'] decaheptasílabos sin rima, impresos in folio, en ochocientas y tantas páginas en un volumen bastante difícil de levantar" (D. Nikolareizis).

Contiene ese volumen la contracara de la Odisea homérica. Si aquél es el poema del regreso a la casa, hasta el punto de que en la cultura de Occidente a la isla de Ulises se la suele confundir "con los sentimientos de la nostalgia, del amor a la tierra y al hogar, de la voluntad y la esperanza de volver al terruño", el de Kazantzakis es el del hastío de todo eso y de su abandono en pos de un peregrinaje esta vez "sin recompensa y sin esperanza". Ulises ha vuelto a Itaca, a un mal reencuentro con su familia y su pueblo, y decide echarse de nuevo a la mar. Inicia de este modo la serie de viajes descomunales que C. García Gual describe como los de "un Ulises inquieto, revolucionario, que rapta a Helena...; pasa por Esparta, Creta y Egipto; funda una sociedad igualitaria en África; se encuentra con figuras de hondo simbolismo y termina solitario, muriendo en los hielos del Antártico". Al cabo, como no han trepidado en señalarlo comentaristas múltiples, de Eliot a Auden y de Colin Wilson a Martín Centeno, el Ulises de Kazantzakis puede leerse bien como "aquel que podría acompañarlo en su travesía para encontrarles un sentido a la existencia y al mundo".

No tengo que decir que Miguel Castillo Didier no ha querido ofrecer en su propio libro una interpretación totalizadora y acabada de la gran obra de Nikos Kazantzakis. Se contenta el erudito chileno con seguirles la pista de unos cuantos personajes y temas homéricos, para ver qué ha hecho Kazantzakis con ellos: "Laertes, Penélope, Nausicaa, Circe, Helena y el perro Argos. Cuatro ensayos se dedican a Itaca, la Catábasis, Caronte y sus metamorfosis y el paso del tiempo en la Odisea". Mis preferencias van del lado de aquellos trabajos que hablan acerca de Itaca, la isla que Ulises abandona en realidad pero recobra obsesivamente en el recuerdo, el que se ocupa del perro Argos, "de fidelidad milenaria", y, por supuesto, el que habla de la bella Helena, quien como el propio Ulises se ahoga en "la chatura del hogar", anhelante de "aventura" y a la que el héroe no puede abstenerse de raptar por segunda vez. Pero Helena es irretenible, como bien lo sabemos todos los hombres, y Ulises la pierde, como antes la perdieran Menelao y Paris: "Ya vagas lejos en mi mente y te vas desvaneciendo, ¡oh, Odiseo!... En el cristal que tú me regalaste para saber mi destino,/ veo erguirse a mi diestra un bárbaro de barba blonda/ en nuestra tienda roja, y sostener a mi hijo./ Veo nueva tierra y mar ¡y tú, Ulises, has desaparecido!".

http://diario.elmercurio.com/2007/03/04/artes_y_letras/literatura/noticias/D6EC149F-F159-434B-8C41-E0B6AB696CD5.htm

jueves, 1 de marzo de 2007

Cuento Chino

De: AndromedaLuxor1


Un campesino chino se fue a la ciudad para vender la cosecha de arroz y su mujer le pidió que no se olvidase de traerle un peine.

Después de vender su arroz en la ciudad, el campesino se reunió con unos compañeros, y bebieron y lo celebraron largamente. Después, un poco confuso, en el momento de regresar, se acordó de que su mujer le había pedido algo, pero ¿qué era? No lo podía recordar.

Entonces compró en una tienda para mujeres lo primero que le llamó la atención: un espejo. Y regresó al pueblo.

Entregó el regalo a su mujer yse marchó a trabajar sus campos. La mujer se miró en el espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La madre le preguntó la razón de aquellas lágrimas.

La mujer le dio el espejo y le dijo:

- Mi marido ha traído a otra mujer, joven y hermosa.

La madre cogió el espejo, lo miró y le dijo a su hija:

- No tienes de qué preocuparte, es una vieja.




Si hay rectitud en el corazón… habrá belleza en el carácter.
Si hay belleza en el carácter… habrá armonía en el hogar.
Si hay armonía en los hogares… habrá orden en la nación.
Y cuando haya orden en la nación… habrá paz en el mundo.

Proverbio Chino


http://groups.msn.com/SERCOSMICO-HUMANO/general.msnw?action=get_message&mview=0&ID_Message=33549

Escuela de Poesía (Método Grupocero)

ESCUELA DE POESÍA

Director
Miguel Oscar Menassa




TALLERES DE POESÍA
PROGRAMA

La Escuela de Poesía abre sus puertas a todo aquel que tenga intenciones de viajar por las dimensiones más perdurables del lenguaje.

Primer Ciclo: FUNCIÓN POÉTICA E INTERPRETACIÓN DE TEXTOS.

Segundo Ciclo: PRODUCCIÓN Y PUBLICACIÓN DE UNA REVISTA DE POESÍA.

Tercer Ciclo: PUBLICACIÓN DE UN POEMARIO PERSONAL, PRODUCIDO DURANTE LA EXPERIENCIA.

Todas las actividades de la Escuela serán producidas en grupos y el funcionamiento grupal estará atravesado durante toda la experiencia por tres tiempos:

a) LOS AMANECERES, o tiempos de la producción.

b) LOS DÍAS, o tiempos de las historias.

c) LAS NOCHES, o tiempos de los sueños.

AMANECERES O TIEMPOS DE PRODUCCIÓN

1. El grupo aporta, en principio, sus poetas conocidos, para comenzar a trabajar sobre esas parcialidades del universo que conoce.
2. El coordinador interpretará trayendo nuevos poetas que relativicen las lecturas precedentes.
3. El grupo organiza el canje y la difusión, montado en el gusto o el deseo de algunos de sus integrantes.
4. El coordinador interpretará ideológicamente este principio de organización.
5. El grupo confeccionará un simulacro de revista.
6. El coordinador interpretará dentro de las leyes político-económicas, ese germen de órgano de difusión, de la escritura grupal o de otras escrituras que representen el pensamiento grupal.
7. El grupo organiza y realiza un recital de poesía, fuera de su medio habitual.
8. El coordinador interpretará poéticamente la puesta en escena del recital y sus contenidos.
9. Cada integrante eligirá un poema propio y tratará de trabajarlo para su transformación.
10. El coordinador interpretará con ejemplos las inhibiciones que impiden, a veces, al poeta, dejar que sus versos digan lo que dicen.
11. El grupo interpretará los versos de los grandes poetas en lengua castellana y otras lenguas.
12. El coordinador interpretará leyendo los mismos poemas, mostrando los motivos de las malas interpretaciones, si las hubiera.
13. El grupo llamará poesía a lo que produce.
14. El coordinador interpretará oponiéndose.
15. El grupo organizará y publicará el primer número de la revista.
16. El coordinador sólo interpretará el primer número de la revista después de su publicación.
17. El grupo producirá su segundo recital, con la participación en el mismo del coordinador y otros poetas.
18. El coordinador no interpretará nada.
19. El grupo, con la supervisión del coordinador comienza la elaboración y publicación del número 2 de la revista.
20. Grupo y coordinador conjuntamente organizan la presentación de ese número de la revista.
21. El grupo publica sin supervisión el tercer número de la revista.
22. El coordinador interpreta los tres números, mostrando, si lo hubiera, el sentido de esas publicaciones.
23. El grupo se encierra en su poemario personal.
24. El coordinador interpreta poéticamente que el encierro es imposible e ineficaz para la poesía.
25. El grupo selecciona el material y publica sus poemarios personales.
26. El coordinador interpreta el fin de la experiencia.

Los amaneceres pueden darse correlativamente, como están señalados, pero lo habitual es que estos tiempos se den simultáneamente y, la mayoría de las veces, sin ningún orden aparente. Será tarea del coordinador interpretar cuál de todos esos tiempos es el bien decir del grupo, en el momento apropiado, la palabra apropiada.

LOS DÍAS O TIEMPOS DE LAS HISTORIAS

1. Historias con las hojas de vida.
2. Historias con poetas.
3. Historias con el diario.
4. Historias amorosas.
5. Historias de participación social.
6. Historias de robos.
7. Historias de mi ciudad natal.
8. Historias de viajes.
9. Historias con Dios.
10. Historias de vergüenza.
11. Historias de ternura.
12. Historias con la guerra civil española,
o la guerra contra los franceses
o el descubrimiento de América.
13. Historias de miedo.
14. Historias con la Real Academia de la Lengua Castellana.
15. Historias de odio.
16. Historias de animales.
17. Historias de agujeros negros.
18. Historias de vegetales.
19. Historias de la era atómica.
20. Un viaje al centro de la Tierra.
21. Historias de fin de siglo
o historias de fin de milenio.
22. Historias con el diablo.
23. Historias con el sexo.
24. Historias del fin del mundo.
25. Historias con la burguesía.
26. Historias con el proletariado.
27. Historias con o de la Generación del 27.
28. Historias con el Psicoanálisis.
29. Nuestras historias.
30. Historias con la familia.
31. Historias con la Iglesia.
32. Historias con el Estado.
33. Historias con el Ejército.
34. Historias con la moda.
35. Historias con el fútbol o deporte predilecto.
36. Historias con la Poesía.
37. Historias con las enfermedades.
38. Historias con el cuerpo.
39. Historias con la verdad.
40. Presentación de una nueva Hoja de vida.
41. Fin de la experiencia.
42. Historias con la esencia.
43. Historias con el ser.
44. Historias con las historias.

Los días, si bien se irán dando consecutivamente, es función del coordinador interpretar las reminiscencias (léase integrantes fijados a días anteriores) y, además, deberá interpretar los saltos al futuro (léase integrantes desplazados por el grupo a días futuros).

LAS NOCHES O TIEMPOS DE LOS SUEÑOS

Su secuencia no se puede saber de antemano, ya que su programa queda inscrito como el propio camino del deseo grupal.

En principio estos tiempos son producidos por el grupo leyendo a poetas consagrados.

TRABAJOS PRÁCTICOS FUERA DEL TIEMPO GRUPAL

1. Escribir una carta todas las semanas.
2. Escribir un poema todas las semanas.
3. Conocer y llevar al grupo un nuevo poeta todas las semanas.

CARTAS:

a) Las cartas en principio irán dirigidas a las secciones de los diarios de la región, halagando o criticando
alguno de sus artículos.
b) Las cartas de los integrantes tendrán que estar dirigidas al coordinador y éste deberá responderlas o bien comentarlas en el grupo.
c) El integrante mantendrá correspondencia, nacional e internacional, con poetas y revistas de poesía.

POEMAS:

a) En principio se considerará poema todo escrito que tenga en la parte superior de la página, encabezándola, la palabra "poema".
b) El integrante intenta, antes y después de leer el escrito, su ubicación en los probables estilos.
c) El autor, el grupo y el coordinador, opinan sobre el escrito. En este tiempo grupal, el autor puede no tomar las observaciones como válidas, sin necesidad de defender sus argumentos.

CONOCER LA OBRA DE UN POETA Y LLEVARLA AL GRUPO

a) Lo que me impresiona o fundamentación emocional.
b) Lo que entiendo o fundamentación argumental.
c) Lo que amo o fundamentación histórico-social.

La lectura de poemas tiene que poder lograr cierta simultaneidad entre poetas de distintas escuelas o estilos y de diferentes épocas históricas. Ya que la poesía no padece de las miserias del tiempo cronológico y su valor está por fuera del valor de uso y lejos, muy lejos, del valor de cambio, ya que como sabemos, la Poesía, en su diferencia radical, no equivale a nada posible, su esfera de acción, el acontecimiento, no se puede usar ni vender, pero sin embargo, y no es vano decirlo, ella sólo cobija en su seno a los grandes trabajadores. Devoradora, y sangrienta sólo ama el tiempo del pequeño hombrecito que la escribe, que en esa renuncia de no ser sino la perpetuidad de la poesía, ella se abre grandiosa al universo y el ser del poeta, por un instante, es ese goce.

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Carson McCullers

Literatura
La cazadora solitaria
A 90 años de su natalicio, las novelas de Carson McCullers siguen deslumbrando a lectores en todo el mundo
Por Miguel Aza / El Caribe
Domingo 18 de febrero del 2007 actualizado el sabado 17 de febrero del 2007 a las 9:45 PM


Carson McCullers. "Quiero ser capaz de escribir, ya sea estando enferma o sana, pues la verdad es que mi salud depende casi por completo de mi escritura".

La obra literaria de la trágica escritora norteamericana Carson McCullers, al igual que sus pares Katherine Ann Porter y Flannery O´Connor, ha tenido que vivir bajo la mítica sombra de William Faulkner y Truman Capote, máximos representantes de la literatura del gótico norteamericano.

Nacida en Columbus, Georgia, el 19 de febrero del 1917, su máximo deseo era convertirse en concertista de piano, para ello se trasladó a Nueva York en 1937 con la intención de estudiar música.

Pero luego de tomar unos cursos de escritura creativa en la Universidad de Columbia, su verdadero destino quedaría fijado en la literatura, sin saber que se convertiría en una de las mejores escritoras norteamericanas del siglo XX.

Carson fue una de esas niñas eternas, uno de esos seres mal crecidos que vagan por el mundo tratando de encontrar su lugar. Era huraña y franca, esquiva y sinvergüenza y con su cabello torpemente recortado coronando sus largas piernas tenía la belleza de los bichos raros, de esos que parecen haber sido forzados a ver algo que los demás no se atreven a mirar.

Era una artista que deslumbraba por su capacidad de trabajo, por su inmenso apetito de experiencias, por un talento contundente y veloz, propio de los tiradores de élite. Carson McCullers era una cazadora solitaria.

Con tan sólo 23 años, se ganó el elogio de la crítica tras la publicación, en 1940, de su primera novela, El corazón es un cazador solitario, novela centrada en el ambiente de una pequeña ciudad sureña y en un grupo de personas que en torno a la figura del sordomudo John Singer tienen en común la esencial soledad y el rechazo de una sociedad que los ignora.

En 1941, aparece la novela Reflejos en un ojo dorado, una de sus novelas más conocidas, cuya historia cuenta un crimen –el que comete un capitán homosexual en la persona de un soldado al que le gustaba ver dormir desnuda a la mujer del oficial-. En esta novela la autora nos muestra los más íntimos agobios de sus protagonistas.

Luego de ser becada por la Fundación Guggeheim, Carson se casa con el oficial Reeves McCullers, en París, donde residen por varios años, allí escribe su novela Frankie y la boda (1946).

A su regreso a los Estados Unidos intenta suicidarse, sufre profundas depresiones que la sumergen en el alcoholismo y en 1961 sufre una parálisis que va menguando su vida.

Las novelas de Carson McCullers están escritas con una prosa poética y fluida que deja mucho espacio a la imaginación.

En sus obras fluyen como temas el desasosiego de la incomunicación humana, la soledad y la imposibilidad del amor.

Sus personajes son desheredados, víctimas de prejuicios y de complejos, locos, mudos, jorobados y negros esclavos.

Carson y sus cafés tristes

"La bebida de la señorita Amelia tiene una cualidad muy especial. Se nota limpia y fuerte en la lengua, pero una vez dentro de uno irradia un calor agradable durante mucho tiempo. Y eso no es todo. Como es sabido, si se escribe un mensaje con jugo de limón en una hoja de papel, no quedan señas de él.

Pero si se pone el papel un momento delante del fuego, las letras se vuelven marrones y se puede leer lo que contiene. Imaginen que el whisky es el fuego y que el mensaje es lo más recóndito del alma de un hombre: sólo así se comprende lo que vale la bebida de la señorita Amelia.

Cosas que han pasado inadvertidas, pensamientos ocultos en la profunda oscuridad de la mente, de pronto son reconocidos y comprendidos".

Este conmovedor fragmento corresponde a la novela La balada del café triste, historia que se desarrolla en el café de un olvidado pueblo sureño y nos cuenta el imposible amor de la solitaria Miss Amelia por su primo Lymon, un enano jorobado.

Carson McCullers murió el 15 de agosto 1967, en New York, luego de sufrir un derrame cerebral.

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