miércoles, 28 de febrero de 2007

Curso Web side de Literatura en Shanghai

Huge response as Website offers the write stuff
By Chen Qian 2007-2-27

CHINA'S biggest cyber-literature Website is offering a course on the art of writing, and has been swamped by applicants.

The first batch of 40 cyber writers will attend a 40-day course with www.cmfu.com this April. The cost is 21,000 yuan (US$2,625).

Cyber writers are young and creative, said Website General Manager Wu Wenhui. "But they lack basic literary and humanities knowledge."

The Website worked in liaison with the Shanghai Academy of Social Sciences for the training program.

According to the Website, hundreds of contracted cyber writers applied for the 40 positions.

Li Wei from the academy is in charge of the training program, and said more than 40 subjects will be offered to cyber writers, including history, law and religion.

"Without a comprehensive knowledge, writers can't develop their story lines and sometimes make mistakes," Li said.

However, the course is not a hit with everyone. Bonbon Tang, who writes daily blogs that attract many hits, said she will never attend the class.

"The Web is a free place for us to write," she said.

"I just write what I want to say, and let others share my feelings. We don't care about structure, language and writing skills."

The Website has more than 2,000 contract cyber writers. All of them are under 30 and don't have a literary background.

A 26-year-old Nanjing cyber writer, whose pen name is "dancing," has been recruited. He is now one of the 13 top writers at the Website.

"I majored in international trading, but I quit my job and began to write in 2004," he said.

Dancing is not formally trained as a writer, and is eager to receive the training. He doesn't believe the course will stifle his creativity.

"I love writing and want to keep writing as my career," he said

The Website said it will judge from the hit rates on applicants's articles online to decide who will be recruited.


Traducción Altavista

Una respuesta enorme a la oferta Web site en materia del escribir
de Chen Qian 2007-2-27:


El Web site más grande de la cyber-literatura de CHINA está ofreciendo un curso en el Arte de la Escritura, y ha sido hundido por los aspirantes.

La primera hornada de 40 escritores del cyber atenderá a un curso 40-day con www.cmfu.com este abril. El coste es 21.000 yuan (USS2,625).

Los escritores de Cyber son jóvenes y creativos, dijo a director general Wu Wenhui el Web site. "solamente carecen conocimiento literario y de la humanidad básico."

El Web site trabajó en enlace con la Academia de Shangai de Ciencias Sociales para el programa de entrenamiento.

Según el Web site, centenares de escritores usuarios del cyber solicitaron las 40 posiciones.

Li Wei de la academia está a cargo del programa de entrenamiento, y los más de 40 temas dichos serán ofrecidos a los escritores del cyber, incluyendo historia, ley y religión.

"Sin un conocimiento comprensivo, escritores no puede desarrollar sus líneas de la historia e incurrir en a veces equivocaciones," Li ha dicho.

Sin embargo, el curso no es un golpe con cada uno. La espiga del caramelo, que escribe los blogs diarios que atraen muchos golpes, dijo que ella nunca atenderá a la clase.

"El Web es un lugar libre para que escribamos," ella dijo.

"Apenas escribo lo que deseo decir, y dejo otros compartir mis sensaciones. No cuidamos sobre habilidades de la estructura, de la lengua y de la escritura."

El Web site tiene más de 2.000 escritores del cyber de contrato. Todos están debajo de 30 y no tienen un fondo literario.

Han reclutado a un escritor del cyber de 26-year-old Nanjing, que nombre de la pluma "está bailando,". Él ahora es uno de los 13 escritores superiores en el Web site.

"Majored en negociar internacional, pero paré mi trabajo y comencé a escribir en 2004," él dijo.

Bailando no se entrena formalmente como escritor, y es impaciente recibir el entrenamiento. Él no cree que el curso sofocará su creatividad.

"La escritura es mi amor y deseo guardar el escribir como mi carrera," él dijo

El Web site dijo que juzgará de las tarifas de golpe en los artículos de los aspirantes en línea para decidir a quién será reclutada.

http://www.shanghaidaily.com/sp/article/2007/200702/20070227/article_307176.htm

Nativel Preciado, Premio Primavera(Novela)

Nativel Preciado gana el Primavera con una novela sobre una mujer abandonada
«Es una historia sobre el dolor que provocan el desamor y la muerte», dice la autora de su novela, 'Camino de hierro' Care Santos quedó finalista con 'La muerte de Venus'
MIGUEL LORENCI/COLPISA. MADRID

VIAJE SENTIMENTAL. La protagonista de la novela de Nativel Preciado llega a León para desenterrar la biografía de su abuelo. / N. GONZÁLEZ


Nativel Preciado (Madrid, 1948) traza en 'Camino de hierro' la «memoria emocional de una mujer abandonada» y con esta novela se adjudicó ayer el XI Premio Primavera, dotado con 200.000 euros y organizado por la editorial Espasa y Ámbito Cultual El Corte Inglés. La finalista de esta edición fue Care Santos (Barcelona, 1970) autora de 'La muerte de Venus', que le proporciona una bolsa de 30.000 euros.

La obra de Preciado narra un viaje «físico, moral y sentimental» de una mujer a la que su marido abandona. «Es una historia triste y con un final duro y sorprendente», reconoce su autora, que llevaba un decenio madurando la novela. Apuntó la idea en su libro 'Amigos íntimos' y ha necesitado casi dos años en escribirla.

El viaje físico llevará a Paula, la protagonista, a León, donde desenterrará la biografía de su abuelo, asesinado en la guerra. El viaje moral la meterá de pleno en la historia de su familia, mientras que su periplo sentimental «la enfrentará al mayor acto de amor que podría haber imaginado en su vida».

Según Preciado, «es una historia sobre la superación del dolor que provocan el desamor y la muerte y tiene varios protagonistas. Casi todo lo que se escribe tiene cierta carga autobiográfica y esta novela no es una excepción. En cierta medida es una memoria personal con parte de mi experiencia, una narración intimista y sin pudor en la que se ve cómo a través del dolor personal se puede superar el dolor colectivo». «Eso sí, igual que Paul Auster, escribo para hacerme pasar por otro», admite la autora.

Estar vigilante

Preciado presentó su novela bajo el seudónimo de Lucas Palacio y el título provisional de 'Olvida el paraíso'. Es la tercera novela que ha escrito en los últimos seis años, después de darse a conocer como narradora con 'El egoísta', finalista del premio Planeta en 1999, año en el que se lo adjudicó Espido Freire.

Expresa Nativel Preciado su enorme satisfacción por haberse hecho un hueco en palmarés del premio Primavera, «un galardón especialmente valorado por la difusión que proporciona y que me coloca al lado de colegas que admiro, como Rosa Montero, Juan José Millás, Manuel de Lope o Lorenzo Silva».

«Ganarlo me permitirá además dedicar más tiempo a la literatura, que es uno de mis anhelos», dice Preciado, que lleva más de tres décadas jugando en la agotadora cancha del periodismo. «Jamás dejaré una profesión que amo, que me ha dado todo lo que soy y a la que he sido leal, pero quiero dedicar más tiempo a la ficción, a escribir novelas», dice. En su cajón hay otro par de proyectos narrativos en marcha.

Ana María Matute, Antonio Soler, Ángel Basanta, Ramón Pernas y la editora Pilar Cortés formaron el jurado que eligió las novelas de Nativel Preciado y Care Santos entre las 354 que se habían presentado este año al galardón.

Ángel Basanta aseguró que entre las virtudes de 'Camino de hierro' están «su sencillez, su limpidez y su hondura de sentimientos». Por su parte, Preciado aseguró que una de sus obsesiones a la hora de escribir esta novela fue «utilizar un lenguaje claro, sencillo y eficaz». «Quería hacer una novela clara, directa, rotunda y constructiva y eso me obligó a ser exigente y a estar muy vigilante. La he podado una y otra vez hasta dejarla en las 250 páginas que tiene el original».

Ganadora de premios periodísticos como el Francisco Cerecedo y el Víctor del Serna, Nativel Preciado había publicado antes títulos como 'Fuera de campo', 'El sentir de las mujeres', 'Amigos íntimos', 'Extrañas parejas', 'Hablemos de la vida' (escrito junto a José Antonio Marina) y 'Bodas de Plata'.

Entre dos épocas

Entre la actualidad y la era romana se desarrolla la novela de Care Santos, 'La muerte de Venus', novela de «fantasmas inteligentes» que para el jurado tiene el mérito de «mezclar estilos un eficiente vaivén entre dos épocas».

«Me gusta juguetear y divertirme cuando escribo, y esta novela no es una excepción. No es histórica, aunque me haya documentado a modo sobre la época que trato, la Roma de Augusto. Es una novela contemporánea».

«Una novela de fantasmas que en la que me he permitido rescatar ese aire victoriano y demodé que una la actualidad con la antigüedad», explicaba Santos, que espera que esta narración sirva «para que no se me siga encasillando como una autora para jóvenes».

Y es que Care Santos, que compagina la creación con la crítica literaria, ha publicado más de una treintena de libros, en buena parte destinados a lectores adolescentes. Había ganado antes el premio Ateneo Joven de Sevilla y el Gran Angular.


http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20070228/sociedad/nativel-preciado-gana-primavera_20070228.html

Doris Lessing

Doris Lessing: «Es un error plantear la guerra de civilizaciones como conceptos enfrentados»
ISABEL JIMENO. SEGOVIA.
24-9-2006 08:14:47

EFE Doris Lessing; Los movimientos migratorios masivos, la destrucción del planeta, el terror de la guerra y la desconfianza que genera el desconocimiento del otro son algunos de los temas que aborda Doris Lessing (Irán, 1919) en «La historia del general Dann y de la hija Mara, de Griot y del perro de las nieves», que el 22 de noviembre llegará a las librerías españolas. Una secuela de «Mara y Dann» que la escritora británica decidió continuar, precisamente porque en ella se narran situaciones como la sequía o la guerra civil, «historias actuales» como las que vive su protagonista, el general Dann, «un personaje en el que la gente estaba muy interesada», según afirmó ayer en Segovia con motivo de su presencia en Hay Festival.

Es una de las estrellas de la extensión iberoamericana del evento literario más importante de Europa que surgió hace veinte años en la localidad galesa de Hay-On-Way. Aprovechó su presencia en el festival segoviano para hablar del próximo trabajo que será publicado en español y también para avanzar la siguiente obra que sacará a la luz, el próximo mes de enero.

Las mujeres y la primera célula

Aunque Doris Lessing afirma que inspiración «es una palabra que no me gusta, me irrita», ya que considera que el proceso creativo requiere más una dedicación que «esperar sentada a ver lo que viene», la novelista británica reconoció que su próximo libro surgió tras leer un artículo en una revista científica.

El descubrimiento de que la primera célula humana fue femenina marcó el punto de partida del libro en el que en estos momentos se encuentra trabajando Doris Lessing. «Las mujeres primitivas no debían de estar muy contentas con lo masculino intentando sobrepasarles o quedar por encima y cambiar todas sus normas», apuntó la escritora, reconocida por su lucha a favor de los derechos de la mujer, que evitó hablar del feminismo, aunque afirmó que «el feminismo de los años sesenta nunca me ha gustado, ni antes ni ahora, porque intentaba conseguir cosas muy elitistas».

De padres británicos, pero de origen iraní, Doris Lessing también habló durante el encuentro con otros escritores sobre la tensa situación que atraviesan las relaciones entre Oriente y Occidente. «Pienso que el islamismo no es algo homogéneo, no es algo cohesionado, luego hay muchos tipos de islámicos y es un error plantear la guerra de civilizaciones como conceptos enfrentados o bloques cerrados», comentó la escritora afincada en Londres desde 1949, previo paso por Zimbabue, donde llegó con sus padres en 1925. Una experiencia que también ha pasado a formar parte de la obra de esta autora, galardonada internacionalmente.

Precisamente, el islamismo y la influencia en los temas literarios del terrorismo a gran escala es uno de los asuntos abordados durante estos días en el festival.

Un evento muy bien acogido por el público, que hace cola para entrar a los actos o llevarse estampada en su libro la firma de un autor, y también por los escritores, sobre todo de habla hispana, que, como dijo la colombiana Laura Restrepo, aquí tienen una ocasión única para conocer en persona a los escritores ingleses, «el grupo más fuerte, al que hemos leído, pero nunca vemos».

Ian McEwan, uno de los más importantes escritores británicos, apuntó la influencia en la literatura anglosajona de autores iberoamericanos como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar o Gabriel García Márquez, pero reconoció el desconocimiento de nuevos autores, por lo que alabó la organización de este tipo de eventos que «nos brindan a los autores la oportunidad de llevarnos a casa libros españoles y así, en las cenas de amigos y escritores, podremos empezar a hablar de esa otra literatura europea». «Es increíble que en un mundo globalizado en el que toda la gente sabe quiénes son, por ejemplo, David Beckham o Tom Cruise, la literatura sigue siendo nacional».

Literatura en español

Martin Amis, satisfecho con la labor de este tipo de citas, abogó por fomentar los lazos de unión entre la creación literaria de distintos países. Más fluidez de conocimiento entre escritores de habla hispana de un lado y otro del Atlántico es lo que reclamó el mexicano Jorge Volpi, quien pidió que «en las universidades había que terminar de hablar de literatura española e iberoamericana y hablar de literatura en español».

De muchos libros, escritores, influencias y temas de inspiración hablaron Eduardo Lago, Enrique Vila-Matas y Mercedes Monmany en el encuentro sobre novela que prácticamente llenó ayer el aforo de la iglesia de San Juan de los Caballeros. Monmany describió a Lago y a Vila-Matas como «dos apasionados de la novela, género al que le han dado la vuelta de mil maneras. Son dos autores que exceden lo nacional». El nuevo director del Instituto de Cervantes de Nueva York y el autor catalán compartieron en Segovia su primera conversación.

Antes, en el mismo escenario, un hueco para el cuento. «Filandón» reunió a Luis Mateo Díez, José María Merino, Antonio Pereira y Juan Pedro Aparicio, cuatro representantes de la gran escuela leonesa de narrativa, para contar muchos cuentos, divertir a la concurrencia provocando infinitas risas y llevarse un sinfín de aplausos de un público que disfrutó con las historias de estos creadores que lamentaron la creencia de que «el cuento es esa cosa de niños» y reivindicaron la importancia de la «oralidad» en la cultura.

http://www.abc.es/hemeroteca/historico-24-09-2006/Cultura/doris-lessing-es-un-error-plantear-la-guerra-de-civilizaciones-como-conceptos-enfrentados_1423446668671.html

Historia del Vino en la Literatura

Un volumen reúne la literatura sobre el vino desde Mesopotamia
17-12-2006 02:40:06
J.P. YÁNIZ.
BARCELONA. «El Cáliz de las Letras: Historia del Vino en la Literatura» (Fundación Dinastía Vivanco), de Miguel Ángel Muro, es un testimonio de la presencia del vino en la literatura de todos los tiempos, a base de 1600 citas de unos 400 autores, desde la «Biblia» y el «Corán» hasta la literatura de nuestros días. Desde Mesopotamia a los EE. UU. o la España actual. En la literatura española se encuentra ya en «La cena», de Baltasar de Alcázar, y se puede seguir el rastro de la cita al vino hasta en las últimas incursiones de Goytisolo. pasando, claro, por el «Quijote» o la novela picaresca. Para García de la Concha, patrono de la Fundación, esta edición se debe: «a que la Literatura viene ofreciendo al vino la más hermosa y atractiva compa donde ser vertido». El volumen es el fruto de ocho años de trabajo de rastreo en las grandes obras literarias.
Personajes de todo tipo, como el shakespeareano Faltstaf, que hace un elogio del vino de jerez en «Enrique IV», y que Muro lo comparó al mismísimo Sancho Panza como uno de los algeres bebedores de la historia.
"Es imposible que desaparezca la cultura del vino y modernamente el núcleo del próximo oriente y el Mediterráneo como zona productora se ha ampliado. Hay buenos vinos chilenos, australianos y de California y la cultura del vino ha pasado a través de los más diversos países". En la presentación del libro se habló también del «Museo de la Cultura del Vino», en Briones, La Rioja, que con 9.000 m2 recibe más de 150.000 visitantes al año y numerosos reconocimientos extranjeros. «Pretendemos devolver al vino lo que el vino nos ha dado», afirman los responsables.

http://www.abc.es/hemeroteca/historico-17-12-2006/Catalunya/un-volumen-reune-la-literatura-sobre-el-vino-desde-mesopotamia_153486008129.html

domingo, 25 de febrero de 2007

Nombres de la Melancolía

Nombres de la Melancolía


En su libro Estambul, memoria y la ciudad, el novelista turco ganador del Premio Nobel de Literatura, Orhan Pamuk, dedica un buen número de páginas a explicar y buscar cómo describir la palabra hüzün, que vendría a significar melancolía. Palabras como esa son como espejos de feria que devuelven de manera múltiple la imagen semántica, pues más que significados que pueden anotarse ordenadamente en la entrada de un diccionario, encarnan sentimientos. Hüzün, como Pamuk explica, tiene sus raíces en el Corán: el profeta escribe que el año en que perdió a su esposa Latice y a su tío Ebu Talip fue para él el año de la melancolía.

Un sentimiento de dolor ante algo perdido, que la memoria busca recuperar, y de esa búsqueda solo queda el fruto negro de la melancolía. La melancolía, melania kolis, el derrame de la negra bilis que ensombrece los rostros, según los viejos cánones médicos de los griegos para explicar los malestares del alma como resultado de alteraciones de los humores y flujos del organismo. La pasión negra.

Hüzün, dice Pamuk, no es un estado de gracia ni un concepto poético, sino una enfermedad, asociado no solamente con la pérdida o la muerte de un ser querido, sino también con otras aflicciones espirituales. El recuerdo melancólico de una ciudad, por ejemplo, transformado en necesidad. Los amores que no pudieron ser.

Podríamos leer hüzün como saudade, la palabra del portugués que hemos adoptado. Pero en Nicaragua usamos un término singular para designar la melancolía, o la nostalgia por lo perdido, y que abarcaría con ventaja todos los significados del hüzun de Pamuk, y los de saudade: cabanga, que proviene de kaobanga, del idioma africano shanga, o tal vez de cauwanka, de una de las lenguas perdidas de los indígenas de Costa Rica, país al que el diccionario de la Real Academia atribuye la procedencia del término, y lo define como melancolía, tenue tristeza, añoranza, nostalgia. Estar acabangado, morirse de cabanga, decimos.

No sé si cabanga se utilizará en alguna otra parte, además de Costa Rica y Nicaragua, pero no es, de todos modos, una palabra común del idioma. Sentimos cabanga por el ser amado que nos dejó, y tememos, o sabemos, que nunca más podremos recuperar su presencia a nuestro lado. El dolor frente al abandono amoroso, que no se limita a sumirnos en apenas una tenue tristeza, como afirma la Academia, y pasa a manifestarse en apremiante desesperación. Cabanga es la materia de que están hechos los tangos.

También sentimos cabanga por la ciudad, por la tierra lejana, desde la ausencia obligada, éxodos o exilios, y en los dos casos, ser amado o tierra lejana, se trata de un sentimiento que, más allá de la melancolía que lo engendra, va hacia la exaltación romántica, y nuestra idea de la felicidad interrumpida aleja de la memoria todo defecto en aquello que perdimos, que más bien se ilumina con el esplendor del recuerdo de la perfección. El amor perfecto, la ciudad perfecta, que porque no está más nos quita ahora la paz y nos hunde en el desasosiego.

Pero la verdadera perfección de este sentimiento está, más bien, en la imposibilidad de recuperar lo perdido. Es la manera en que la cabanga, animal insaciable, se alimenta a sí misma. Al fin y al cabo, la cabanga viene a ser una manera dolorosa de felicidad.

Un amor perdido, una ciudad perdida, cuyo espíritu vaga por calles y entresijos, iluminado por la luz mortecina de la nostalgia. El hüzün, al que Pamuk ve no como la consecuencia, sino como la causa inmanente de la búsqueda incesante de un pasado cada vez menos aprensible. Todos tenemos nuestro propio hüzün, nuestra propia cabanga por la ciudad perdida o presente donde vivimos nuestra infancia, la adolescencia, la primera juventud, la ciudad a la que una vez llegamos como forasteros para quedarnos, o aquella de la que vientos contrarios nos alejaron.

Igual que los perfumes, que solamente pueden nombrarse dándoles una referencia: olor a rosa, a sándalo, a cuero viejo, a sudor, a hojas secas, a aguas estancadas, porque huyen de toda explicación por falta de sustancia, así mismo el hüzün que el propio Pamuk siente por Estambul necesita de enumeraciones para intentar explicarlo, y lo hace: una larga lista de apuntes de la memoria.

La ciudad, nuestra ciudad, que cada día entra más en el pasado, nuestro propio pasado, y la vemos así alejarse en el horizonte, tragada cada vez más por la niebla, y entonces, hacemos nuestra lista: gritos perdidos de niños que juegan en el patio de una escuela, el grafiti en una pared, la estela de un avión que cruza el cielo con rumbo desconocido, las luces que se encienden en la marquesina del cine de la esquina, los autobuses atestados de gente que regresa a sus hogares, un ensayo de piano o de clarinete tras una ventana, el ulular lejano de una sirena en medio de la noche, el llanto desconsolado de un borracho solitario, los pasos de una pareja que se aleja acera abajo.

¿Y qué, si se trata, por ejemplo, de una ciudad desaparecida para siempre, que solo puede vivir en la memoria, como Managua, destruida dos veces, la última por el terremoto del 22 de diciembre de 1972, la ciudad que dejó de existir y nunca más volverá, un fantasma de ciudad, rodeada ahora por el cerco de la otra Managua falsa y fea?

Y el juego favorito de quienes la vivieron viva es otra vez la lista, el inventario, de todo lo que se volvió para siempre invisible, calles, esquinas, casas de vecindad, edificios, oficinas, hoteles, cines, burdeles, bares, una discusión de pronto porque no hay acuerdo sobre un lugar preciso. Ejercicios constantes en contra del olvido, la terquedad infinita de recuperar lo perdido recordando. El hüzün sin consuelo. Saudade para siempre. La cabanga perfecta.

Masatepe, febrero 2007
www.sergioramirez.com

http://www.eltiempo.com/tiempoimpreso/edicionimpresa/opinion/2007-02-22/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3448063.html

lunes, 19 de febrero de 2007

Las Antologías y El Canon

Cumbres y abismos: Las antologías y el cánon
por Marta Palenque
Ínsula nº 721-722, Enero / Febrero 2007

Como cualquier obra realizada por el hombre, la historia de la literatura es una sucesión de elecciones y olvidos. Incluso los textos o manuales que más pregonan su objetividad científica son fruto de un proceso de revisión y selección que implica subrayar unos nombres y minimizar u obviar otros. Cada época elige a unos autores, cada crítico prefiere unas lecturas. Desde la Guirnalda de Meleagro pasando por los Cancioneros medievales hasta las Flores de poetas ilustres , de Pedro de Espinosa, la Floresta de rimas antiguas castellanas de Juan Nicolás Böhl de Faber o la Antología de poetas líricos castellanos , magno proyecto de Marcelino Menéndez y Pelayo, han sido sin duda las antologías poéticas las más numerosas y polémicas en un creciente proceso cuantitativo que tiene como epicentro el siglo XX , cuando se ha desarrollado una pulsión antológica (tomo la expresión de Nadine Ly) que ha dado lugar a un elevado número de selecciones orientadas por muy dispares criterios. El término usado desde antiguo para designarlas (centones, álbumes, florilegios, tesoros, romanceros, joyas, parnasos, modelos, pensiles, ramilletes, primaveras, vergeles, analectas, crestomatías, divanes, silvas, panoramas...) podría ya ser materia de reflexión teniendo en cuenta el distinto sentido, valor y alcance que presuponen. A diferencia de las recopilaciones anteriores al siglo XVIII , que establecían sobre todo modelos para la imitación, las antologías modernas ofrecen muestras representativas de la historia literaria, ejemplos de la estética de un grupo o una tendencia.
El relevante papel desempeñado por las antologías en la consolidación y difusión del canon literario las ha convertido en pilares básicos del estudio de la historia de la literatura. Parece evidente la interdependencia entre Canon, Historia de la Literatura y Antología; como escribe Alfonso Reyes, toda historia presupone una antología y al revés. Tienen, por otro lado, un destacado papel como medios de difusión, al permitir el acceso a los textos a un lectorado más amplio que necesita de la orientación que significan determinadas colecciones (aquellas que ofrecen lo mejor de una época, las cumbres de una literatura). Funcionan a manera de museos, permiten conocer el cambio del gusto y entrever las poéticas dominantes e incluso a los jefes de un momento; son depósitos textuales, archivos de épocas y tendencias, muestrarios de las líneas o campos de fuerza de una determinada cultura (Bourdieu).

En el siglo XX y hasta hoy, el interés por las compilaciones poéticas desborda con creces los límites de la filología, la historia literaria y la enseñanza para ser moneda y mercado, campo abierto para el enfrentamiento entre grupos, estéticas o tendencias. La guerra de las antologías se abre con títulos como el Florilegio de poesías castellanas del siglo XIX (1902-1903), de Juan Valera, La Corte de los Poetas (1906), de Emilio Carrere, o Las cien mejores poesías (líricas) de la lengua castellana (1908), de Marcelino Menéndez y Pelayo, e incrementa su carácter bélico en la década de los treinta, con las colecciones de Gerardo Diego , que -sobre todo la primera: Poesía española. Antología 1915-1931 (1932)- ocasionaron una lucha encarnizada en la que poetas, críticos y lectores manifestaron sus aquiescencias y rectificaciones. Nada es inocente en una antología, ya que toda presencia implica una ausencia. Frente a la historia literaria, ofrece un canon más fluido y cambiante en la medida en que, como texto, se renueva y suma nuevos títulos de forma más recurrente. De aquí su mérito y también su peligro y poder, porque, al mismo tiempo que unos nombres se ven elevados, otros se ocultan, olvidan o desechan. También pueden ser engañadoras o felices en lo concerniente a la reproducción de las composiciones. Como aclara Claudio Guillén, las antologías no sólo eligen poemas, crean un nueva obra (son, pues, categorías intertextuales), de tal manera que tienen la capacidad de crear y manipular, incluso traicionando la esencia del texto que, fuera de su conjunto o combinado con escritos de distinta procedencia, deriva en un sentido nuevo, tal vez incluso divergente del originario. La selección indica una apropiación interesada y ésta se ejerce igual con respecto a libros de poemas y poemarios; en cualquier caso, fragmentos de una unidad textual mayor. El criterio del compilador de turno (mejores modelos por su calidad, valor docente, ideología, carácter testimonial o ejemplos idóneos para entender un momento histórico- literario...) es, así, decisivo y a veces no siempre queda explícito en las colecciones que llegan al mercado. La intención deriva a veces de la calidad del sujeto: profesores, críticos, poetas, lectores, editores... Inmensa autoridad y enorme responsabilidad la de los compiladores, bajo cuyo criterio tantos poetas se han convertido en autores de uno, dos, tres poemas, relegando el resto de su producción. Cada repertorio propone una visión de la obra de un autor, que, a veces, pretende recoger testimonios del conjunto de sus libros o sus maneras, pero que puede pronunciarse por una parcela, un influjo, una actitud, prefiriendo una visión parcial o sesgada argumentando criterios estéticos o meramente subjetivos.

De una u otra forma, son productos destinados a la polémica. Al fin y al cabo, no se trata de discutir acerca del sexo de los ángeles, sino en torno a conceptos tan cambiantes como calidad estética, valor ideológico, utilidad docente... (distintos en cada momento y a partir de cada punto de vista), así como a cuestiones más materiales: influencia, prestigio, dinero, ventas... Un canon literario -parafraseo a José-Carlos Mainer- está compuesto por los nombres que constituyen los cimientos de las líneas de fuerza de una literatura, y esto en todos los sentidos. Las historias de la literatura y las antologías crean muchas veces grupos, escuelas o generaciones, concepto este último hoy en entredicho y casi obsoleto por haber sido usado (como las antologías) para dejar en tierra de nadie tantos nombres. Quedar fuera o dentro de las antologías y ser incluido o no encajar en los límites de una generación equivale al ser o no ser, a llegar a los lectores o ser un desconocido, un marginado. No es extraño que tantos poetas contemporáneos hayan protestado con acritud ante la forma en que su obra aparecía en los textos antológicos, ni que se hayan organizado contra-antologías para contestar, corregir o negar. La casi nula presencia de voces femeninas en los índices de gran mayoría de series del XX es un ejemplo notorio; las reunidas en los últimos años han adquirido por ello un necesario tono reivindicativo que esperemos sobre algún día.

En torno a la poesía española de las últimas décadas se ha desatado una compulsión antológica sorprendente, ¿testimonio de la vitalidad de la lírica?, ¿anuncio o refrendo de la existencia de grupos o estéticas diversas o enfrentadas?, ¿ejercicio de control mediático y de visibilidad cara al mercado?, ¿afirmación de tendencias marginadas por su adscripción regional?... Vicente Luis Mora comenta la confusión creciente que aqueja a los poetas españoles, particulares hamlets que dudan entre el ser y el estar, de lo que culpa a las antologías, que él propone llamar «ontologías», pues subrayan el nacimiento de un nuevo grupo, vindican la labor de una región deprimida frente al poder de las grandes capitales culturales (Madrid y Barcelona) y dan sentido a la existencia de autores al ponerles en relación con un grupo que les presta señas de identidad. ¿Hay una relación cualitativa entre figurar en las antologías y aparecer en la prensa, en revistas o suplementos, ser objeto de entrevistas e invitado a mesas redondas y conferencias? Los títulos de algunos elencos recientes los asocian con la cultura de masas, con las listas de hit-parades (en actitudes no exentas de ironía con respecto a esta misma situación; por ejemplo, Los cuarenta principales: antología poética, 1975-1994 , a cargo de Vicente Sabido, 1999). Este afán clasificatorio parece más propio de filólogos que de poetas (al menos es una equivalencia tópica y muy usada en sentido negativo), sin embargo han sido estos últimos los que han elevado la temperatura antológica de los últimos años. Incluso se han reeditado compilaciones discutidas en su tiempo y que, a manera de archivos y testigos de una época, hoy han pasado a ser objeto de estudio: es el caso del corpus de Diego (1932), los Nueve novísimos poetas españoles de Castellet, y Poesía social de Leopoldo de Luis. (Estos volúmenes se cuentan entre los cinco repertorios más influyentes de la poesía española del siglo XX según una encuesta realizada por la revista Quimera , 228-229, abril 2003, junto a Antología consultada de la joven poesía española , de Francisco Ribes, y Veinte años de poesía española , de Castellet.) Algunas voces (por ejemplo Amalia Iglesias) claman por la vuelta a la inocencia, por la recuperación de una pureza lectora ajena a las taxonomías y proclive a la individualidad de la voz poética frente al grupo. ¿Dónde queda la imagen romántica del escritor aislado, enfrentado a la masa o al vulgo ignaro, marginado y bohemio en el mundo de las antologías? Parece que este retrato no casa con el espíritu de la literatura actual (cuando, sin embargo, la figura del bohemio ha sido recuperada y vindicada en recientes proyectos editoriales). Paradójico momento el nuestro en que admiramos a los bartlebys pero, al mismo tiempo, nos resistimos a permanecer al margen.

Más allá de lo individual o grupal, las recopilaciones del siglo XX han tenido un gran alcance social y político. Si en el XIX se convirtieron (y no me refiero ahora sólo a las poéticas) en motores de consolidación de las literaturas nacionales, luego han sido armas de combate y propaganda durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra, piezas de unión para los exiliados e instrumentos para el afianzamiento de las nuevas nacionalidades peninsulares (lo que para algunos es causa de su proliferación en nuestros días). En aquellas orientadas a la selección de un canon hispánico, la ideología marca los límites desde el marbete inicial: lo castellano o español frente a lo hispanoamericano . (Y Rubén Darío sobrenadando de unas a otras.)

Cambiando el tercio, como forma de composición textual, ¿constituye la antología un género específico? En este sentido hay opiniones contrapuestas; tiendo a creerlas formas particulares dentro del género ensayístico, aunque su diversidad haga difícil concretar sus rasgos definitorios. Antologías de poetas frente a antologías de poemas; en cuanto al criterio base: temáticas, de época, generales, geográficas, de géneros (sonetos, epigramas), de mujeres...; con respecto al modelo: antologías consultadas, con o sin prólogo, con o sin introducciones biográficas o bio-bibliográficas, distintas ordenaciones...; por su contenido genérico: mixtas (mezclan varios géneros) o puras; traducidas o en lengua original; de dispares objetivos: elegir figuras representativas de una época, didácticas, divulgativas...; generales e históricas o grupales-generacionales; exclusivas y de contados nombres o amplias y con vocación plural; de poetas vivos o sólo fallecidos en aras de una supuesta objetividad; en virtud del público: docentes, para lectores no españoles... Etcétera. Apenas si he comenzado a pergeñar la extensa casuística que el género presupone. Todas comparten un propósito común: la selección misma, la elaboración de lo que -en palabras de Antonio Colinas- es un «macrocosmos de microcosmos». Ésta es la base etimológica del vocablo según el DRAE: del griego «anthología», de «ánthos», flor, y «légein», escoger. «Colección de piezas escogidas de literatura, música, etc.». Término que la Academia sitúa en relación estrecha con florilegio: «Colección de trozos selectos de materias literarias». Esta selección implica un valor ponderativo palmario si recordamos la expresión «de antología », que usamos para referirnos a algo destacado, bueno, extraordinario; textos, en definitiva, que merecen ser leídos y recordados, que merecen quedar. Este valor sobresaliente es el criterio expuesto en títulos como Las mil mejores poesías de la lengua castellana (de Bergua); Jorge Llopis dio la vuelta al modelo, en clave de parodia, en Las mil peores poesías de la lengua castellana .

¿Tienen, pues, las antologías un sentido fundamentalmente utilitario, deíctico? ¿Dónde queda el placer de la lectura? Tal vez el buen compilador es el que sorprende al lector ofreciendo textos y autores poco esperados y en una mixtura deliciosa. Así lo creía T. S. Eliot, para quien su verdadero valor residía en su carácter de muestra de poetas menores, aquellos que -fuera de las historias de la literatura- pueden quedar desapercibidos para los lectores. Para Eliot, los grandes, los importantes, no necesitan de la antología: su lugar en la tradición está fijado y es permanente. Los poetas menores, sigue Eliot, ganan tras el expurgo; los mayores, pierden, y demandan el repaso de su obra completa.

«La antología es el tipo de libro insatisfactorio por excelencia», declaraba Guillermo de Torre, y esto probablemente para todos los implicados (compilador, elegido y lector, aunque en este último caso quedarse con ganas de más es un punto positivo). Si la práctica selectiva se ejerce con respecto a lo cercano, tanto mayor será el descontento.

En este monográfico se ha optado por una perspectiva diacrónica a la hora de reflexionar y catalogar los repertorios poéticos del siglo XX hasta nuestros días. La intención es ofrecer una panorámica de la sucesión de florilegios y de sus conexiones y diferencias, así como de la evolución del canon mismo de la poesía. Se han sumado otros puntos de vista que atienden a un autor en particular (Juan Ramón Jiménez), al género (antologías de poesía escrita por mujeres), a la lengua (antologías de poesía traducida) y al uso de las antologías en la enseñanza de las letras. Quedan fuera otras posibilidades y perspectivas de estudio que el espacio impide considerar.

Muchas veces las antologías presuponen cumbres, pero conducen a abismos: manipulaciones, celos, críticas, condenas, rencillas... Ya lo decía Miguel de Cervantes en su Viaje del Parnaso:

lograr complacer a todos es empresa imposible,

Unos, porque los puse me abominan;

otros, porque he dejado de ponellos

de darme pesadumbre determinan.

Yo no sé cómo me avendré con ellos;

los puestos se lamentan, los no puestos

gritan, yo tiemblo destos y de aquellos.

http://www.revistasculturales.com/articulos/37/insula/682/1/cumbres-y-abismos-las-antologias-y-el-canon.html

http://www.revistasculturales.com/articulos/37/insula/682/2/cumbres-y-abismos-las-antologias-y-el-canon.html

Wole Soyinka

Premio Nobel Wole Soyinka califica a Internet de "gran monstruo"Jueves 15 de Febrero de 2007
09:50
EFE

LA HABANA.- El escritor nigeriano Wole Soyinka, Premio Nobel de Literatura 1986, calificó hoy a internet como “un gran monstruo” que ofrece muy buenas posibilidades para hacer el bien y a la vez es una “gran amenaza” para el ser humano.

Soyinka, uno de los invitados especiales a la XVI edición de la Feria Internacional del Libro de Cuba, que reúne a unas 500 editoriales de 28 países, participó en un encuentro con el público que asiste a la cita editorial en La Habana.

El poeta, dramaturgo y novelista nigeriano mantuvo que sería capaz de premiar con un Nobel al creador de la internet y luego “lo colgaría, porque esa persona -aunque es muy inteligente, un genio- ha creado un gran monstruo”.

"Todos los políticos, los intelectuales, aquellos que hacen las leyes deben de estar centrados en cómo utilizar internet para los buenos fines de la Humanidad,” afirmó.

"La capacidad que tiene internet de esparcir el odio es inmensa y solamente con cerrar los ojos está esa información esparcida, este creo que es un reto,” subrayó.

Sobre su amplia y versátil obra, Wole Soyinka explicó que prefiere el género teatral y a los personajes y las leyendas africanas porque “me pertenecen, es mi herencia y debo explotarlo”.

En la producción literaria de Soyinka destacan las obras “La danza del bosque” (1960), “El hombre ha muerto” (1972), “Réquiem por un futurólogo” (1985).

Además, las novelas “Los intérpretes” (1965) y “Ogun Abibiman" (1976), “Ake” (1981), un texto alimentado por elementos autobiográficos de su infancia, y los poemarios “Idanre” (1967) y "Samarcanda y otros mercados que he conocido,” de 2003.

http://www.emol.com/noticias/tecnologia/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=245948

sábado, 17 de febrero de 2007

Poesía y Terapia

La terapia de la palabra viene del therapeia griego, significando curar con la implicación en uno de los artes expresivos: danza, canción, poesía o drama. La poesía como terapia utiliza las técnicas tradicionales del ritmo — de la poesía, del sonido, de la metáfora, del etc. — pero el foco es la escritura de la persona. La poesía aficionada es solamente los medios a un extremo, por lo tanto, aunque importante, que es el crecimiento personal y conocimiento emocional con la expresión de uno mismo.

Discusión

El curativo entra en cada arte, en su aprecio y creación. Freud, Adler, Jung y otros siquiatras todo han aprendido de la penetración de poetas en funcionamientos inconscientes y los sus internos. El genio y la locura son cercano-aliados, un hecho reconocido en la escritura directa self-healing que se ha prescrito por siglos en el tratamiento del mentalmente enfermo. Tales acercamientos han recibido estudio serio solamente en los cincuenta años pasados o así pues, sin embargo, con las pautas publicadas, los cursos ofrecidos que conducen a la certificación en terapia de la poesía, y así sucesivamente. Los talleres de la poesía también tienen su dispersión del haber disturbado emocionalmente, como sus organizadores saben solamente demasiado bien, y debe ser admitido que un porcentaje significativo de buenos poetas necesita cuidado profesional a partir del tiempo al tiempo.

Quizás nadie está enteramente bien, no a los siquiatras o al emocionalmente honesto. Los artistas en detalle pueden manar alimentación de sus dificultades, quizás incluso las cuidan, de modo que los muchos diez de los millares que dan vuelta a la poesía como a medios de explorar las ediciones que son dolorosas y/o enterradas profundamente estén persiguiendo solamente las trayectorias que conducen al más grande de logros humanos. La poesía como forma de arte va más lejos. mucho más futuro. pero la poesía como terapia no debe ser desdeñada, uniforme por el poeta profesional. Abre las puertas de la creatividad, y se prescribe siempre en cursos de beginner.s.. Sostiene a escritor chevronné con el penury y la decepción del rechazamiento se desliza. Y ayuda al escritor serio a no perder tacto con ser íntimo, que es el desastre más grande, que ninguna cantidad de habilidad o de profesionalismo puede ocultar.

Puntos a considerar

Los lectores bajo cuidado profesional deben seguir acoplamientos en la página de los recursos. El caminar herido puede tener gusto de recordar:

Los talleres en poesía como terapia no son un curso con calificar y crítica. El énfasis está en la expresión de uno mismo, la exploración y el descubrimiento.

Usted conseguirá la mayoría del taller escribiéndose, pero incluso entrado como discusión es provechoso.

Un poema se elige generalmente para la discusión que expresa la emoción dominante del grupo. El escritor y los oyentes ganan fuerza de explorar problemas comunes. Para dar miedos y emociones una cierta forma concreta es ya comenzar a dominarlas.

El contenido viene primero. Las ciertos palabras y ritmos se presentan naturalmente cuando hablamos del corazón, y este valor es a menudo todo el que es necesario conseguir ir de la escritura.

No se pierde nada en tales talleres. Los talleres técnicos pueden salir de sensaciones muy mezcladas, pero las revelaciones simples de nuestra humanidad común en terapia son cosas que nos olvidamos nunca absolutamente.

http://www.poetrymagic.co.uk/therapy.html

viernes, 16 de febrero de 2007

Günter Grass

Günter Grass avoue avoir été SS


A 78 ans, le prix Nobel de littérature avoue dans son autobiographie et dans une interview avoir fait partie pendant la Seconde guerre mondiale du corps d'élite nazi des Waffen SS.

Une confession du célèbre écrivain bien tardive selon l'opinion allemande.

L'ancien président polonais, Lech Walesa, voudrait qu'il rende sa distinction de citoyen d'honneur de la ville polonaise de Gdansk, ex-Dantzig.


Jusqu'ici, Günter Grass, prix Nobel de la littérature 1999, né en 1927 à Gdansk, anciennement Danzig, affirmait seulement avoir fait partie de la défense antiaérienne en 1944 avant d'être fait prisonnier par les Américains jusqu'en 1946. Dans un entretien accordé samedi au quotidien Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), il a finalement confié avoir été membre de la division "Frundsberg" de la terrible unité d'élite du régime nazi des Waffen-SS, dans les derniers mois de la guerre. Il avait alors 17 ans.

L'écrivain révèle dans un "livre souvenirs" (sortie mercredi - "Beim Häuten der Zwiebel", soit "En épluchant les oignons"), son expérience de la Seconde guerre mondiale. "Mon silence, au fil de toutes ces années, est l'une des raisons pour lesquelles j'ai écrit ce livre. Cela devait finir par émerger", dit-il dans l'interview.

"C'était avant tout un moyen de sortir ce trou"

A la fin de la guerre, Grass était devenu un militant pacifiste de premier plan. Il dit s'être porté volontaire dans l'armée comme moyen pour rompre avec sa famille et son lieu de vie. "Pour moi, c'était avant tout un moyen de sortir de là. De ce trou, de ma famille", dit-il au FAZ. "Je voulais mettre fin à cette situation et c'est pourquoi je me suis fait enrôler dans l'armée".

"Il en était ainsi pour beaucoup d'hommes de ma génération", ajoute-t-il. "Nous servions dans l'armée et soudain, un an plus tard, l'ordre d'intégration était sur la table. Et alors j'ai compris, probablement pas avant d'être à Dresde, que c'était les Waffen-SS".

Vive émotion en Allemagne

L'écrivain proche de l'ancien chancelier Willy Brandt a suscité une vive émotion en Allemagne et dans les pays voisins. Dans une interview accordée au quotidien à grand tirage Bild Zeitung, paru lundi, le prix Nobel de la paix Lech Walesa a demandé à l'écrivain allemand de rendre sa distinction de citoyen d'honneur de la ville polonaise de Gdansk, ex-Dantzig, où vivait avant-guerre une forte communauté allemande et qui avait servi de prétexte aux nazis pour attaquer la Pologne en 1939. "Si l'on avait su qu'il était dans la SS, il n'aurait pas reçu cette distinction. Le mieux serait qu'il y renonce de lui-même".

L'écrivain s'est dit personnellement blessé par ces critiques. "Il y a certainement là une tentative de certains pour faire de moi une persona non grata. J'ai eu à sentir sur moi, soixante ans durant, cette souillure, et je l'ai éprouvée comme une souillure, et j'ai essayé d'en tirer les conséquences. Et cela a correspondu à mon comportement par la suite en tant qu'écrivain et en tant que citoyen", a déclaré Günter Grass ce lundi.



D'après AFP


Traducción Altavista

Günter Grass reconoce haber sido...

A 78 años, el Premio Nobel de literatura reconoce en su autobiografía y en una entrevista haber formado parte durante la Segunda Guerra Mundial del cuerpo de élite nazi del Waffen.

Una confesión del famoso escritor bien tardía según la opinión alemana.
El antiguo Presidente polaco, Lech Walesa, querría que volviera su distinción de ciudadano de honor de la ciudad polaca de Gdansk, exdantzig.

Hasta ahora, Günter Grass, Premio Nobel de la literatura 1999, nacido en 1927 a Gdansk, antiguamente Danzig, afirmaba solamente haber formado parte de la defensa antiaérea en 1944 antes de ser hecho a preso por los Americanos hasta 1946. En una entrevista concedida al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), finalmente confió haber sido miembro de la división "Frundsberg" de la terrible unidad de élite del régimen nazi del Waffen-SS, en los últimos meses de la guerra. Tenía entonces 17 años.

El escritor revela en un "libro recuerdos" (salida miércoles - "Beim Häuten DER Zwiebel", sea "pelando las cebollas"), su experiencia de la Segunda Guerra Mundial. "Mi silencio, al compás de todos estos años, es una de las razones para las cuales escribí este libro."Eso debía terminar por surgir", dicho en la entrevista."

"era un medio sobre todo de sacar este agujero"

Al final de la guerra, Grass se había vuelto un militante pacifista de primer plan. Dice haberse llevado voluntario en el ejército como medio para romperse con su familia y su lugar de vida. "Para mi, era un medio sobre todo de salir de allí." Por este agujero, de mi familia ", dicho al FAZ." "quería poner fin a esta situación y por eso me hice recrutar en el ejército".

"era así para muchos hombres de mi generación", añade. "Servíamos en el ejército y súbito, un año más tarde, el orden de integración estaba sobre la mesa." Y entonces comprendí, probablemente no antes de ser en Dresde, que era los - Párrafos waffen SS"

Viva emoción en Alemania

El escritor próximo al antiguo canciller Willy Brandt suscitó una viva emoción en Alemania y en los países vecinos.

En una entrevista concedida al diario de gran tirada Bild Zeitung, parecida lunes, el Premio Nobel de la paz Lech Walesa pidió al escritor alemán volver su distinción de ciudadano de honor de la ciudad polaca de Gdansk, exdantzig, donde vivía anteguerra una fuerte comunidad alemana y que había servido de pretexto a los nazis para atacar Polonia en 1939. "Si se hubiera sabido que estaba en el SS, no habría recibido esta distinción. Mejor sería que hay de sí mismo ".

El escritor se dijo personalmente herido por estas críticas. "Hay ciertamente allí una tentativa de algunos para hacer de mi a una persona non grata. He tenido que sentir sobre mi, sesenta años durante, esta mancha, y la probé como una mancha, e intenté sacar las consecuencias. Y eso correspondió a mi comportamiento más tarde como escritor y como ciudadano ", ha declarado Günter Grass.

http://tf1.lci.fr/infos/monde/0,,3323458,00-gunter-grass-avoue-avoir-ete-.html

El Delirio Sin Freno De Lovegraft

El delirio sin freno de Lovecraft


En marzo se cumplirán 70 años de la muerte de H. P. Lovecraft, creador de una cosmogonía ficcional que desplegó en más de un centenar de cuentos y novelas breves. Aquí, el retrato de un innovador del género de terror y de la literatura fantástica.


MARCOS MAYER.
cultural@clarin.com



"Sin embargo, todo razonamiento lógico parecía derrumbarse ante aquella ciclópea masa de bloques de piedra cuadrados, curvados y angulados. Era, evidentemente, la ciudad del espejismo convertida en objetiva e ineludible realidad". El párrafo pertenece a En las montañas de la locura, tal vez el más ambicioso de los relatos de Howard Phillips Lovecraft, de cuya muerte se cumplirán 70 años en marzo próximo, lo cual, con su obra dentro del dominio público, alimentará aún más su mito, que ha tenido muy pocos retrocesos en este más de medio siglo.


Terrores arcaicos

El párrafo es revelador de un estilo absolutamente típico y personal que sumó en partes iguales imaginación, delirios y adjetivos. Ese modo de escribir en el que abundan los arcaísmos (por ejemplo, escribir logick o magick, manteniendo la grafía antigua), las hipérboles y sobre todo una suma de calificativos que hablan de lo que no puede decirse (inefable, inenarrable) tiene varios orígenes posibles. Por de pronto hay que saber que Lovecraft tiene el privilegio de haber sido el único escritor del siglo XX en haber intentado fundar una cosmogonía.

Según lo que se recorre en el más de un centenar de cuentos y novelas cortas escritas por él y luego por sus seguidores, antes de la aparición de cualquier forma de vida sobre la Tierra, el planeta estuvo habitado por distintas razas de extraterrestres (los Profundos, los Antiguos, la Gran Raza). Esos seres no sólo han dejado restos arqueológicos de su presencia (por ejemplo en la Antártida) sino que reaparecen ayudados, generalmente de manera involuntaria, por seres humanos. Esa presencia estaría en la base de los cultos satánicos, de la brujería y de otras prácticas esotéricas que adquirirían así un sentido nuevo. Lovecraft lleva esta apuesta narrativa un poco más lejos. Por de pronto, plantear que lo humano es por completo ajeno a ese mundo. Escribe en una carta: "La tradición nada significa en términos cósmicos salvo una protección en contra de la sensación de desorientación en el tiempo y espacio sin fin".

Esos monstruos a los que no puede describirse sino como lo informe y lo inabarcable, carecen de valores asimilables a lo humano, por lo tanto no hay manera de comprender sus propósitos por lo que no queda otro camino que temerles o entregarse a ellos. La otra salida es la locura, la gran acechanza en los relatos de Lovecraft, cuyo narrador suele aparecer en la situación de dar testimonio de lo experimentado antes del naufragio definitivo de sus facultades mentales. Junto a esta eliminación de la dimensión ética de lo monstruoso, se vale de una idea de lo verosímil de cuño anglosajón: algo es cierto en la medida en que no pueda demostrarse su falsedad. Todo esto apoyado en una explosión científica de la primera mitad del siglo XX —la física cuántica, las teorías de Einstein— que pone en tela de juicio las viejas ideas acerca de los fundamentos del universo y que Lovecraft no sólo parece conocer en profundidad sino que incorpora como referencia permanente de sus textos.


Los límites de la locura

Si bien abundan las sospechas sobre la salud mental de Lovecraft, lo cierto es que siempre mantuvo esta cosmogonía dentro de los límites de lo ficcional, lo que le permitió además, generar una serie de referencias ficticias que van desde las pinturas y esculturas de Clark Ashton Smith, realizadas en verdad para ilustrar sus relatos y no los textos sagrados de sus criaturas, hasta libros apócrifos cuyo ejemplo más célebre es el Necronomicon, escrito por el "árabe loco" Abdul Alhazred, quien vivió en Yemen en el siglo VIII. El mismo Lovecraft revela que "hay una edición del siglo XVII en la Widener Library de Harvard y en la Biblioteca de la Miskatonic University en Arkham; y también en la biblioteca de la Universidad de Buenos Aires". Es una leyenda urbana que cada tanto alguien pide consultar este libro en alguna universidad norteamericana. Esta lista de poseedores del libro incluye, por supuesto, una pista falsa: no existe la ciudad de Arkham y tampoco la Miskatonic University, pese a tener un sitio en la web con himno propio. Por su parte, Arkham y sus alrededores parecen un paralelo en tono fantástico del ficticio condado de Yoknapatawpha, que aparece en las novelas de William Faulkner y que sirvió de inspiración a la Santa María de Onetti y al Macondo de García Márquez.

Extrañamente, la mezcla de referencias verdaderas y falsas abre la posibilidad del delirio sin freno, elemento en cual algunos han visto el valor mayor de Lovecraft y otros su costado más vulnerable. En la aventura literaria de este escritor de Providence en Nueva Inglaterra, que vivía con las persianas cerradas y que alguna vez fue ghost writer del escapista Harry Houdini, hay costados cuyo destino es casi una acusación.

En toda cosmogonía (y el peronismo es un buen ejemplo al respecto) se necesita un estilo fijo y una multitud de apóstoles. Durante su vida, y mucho más después de su muerte, un grupo de escritores se dedicó a seguir las líneas de esta suma inagotable de leyendas apócrifas. Ninguno de ellos salió de la sombra protectora de su maestro, ni siquiera Robert Bloch quien hubiera podido seguir otro camino luego de que Alfred Hitchcock convirtiera en una obra maestra su muy discreta novela Psicosis. Tampoco August Derleth, el más ortodoxo de sus epígonos y quien dio orden a las mitologías dispersas en sus relatos.

A la mediocridad de su descendencia literaria, se puede llegar a sumar el rechazo que podrían generar sus ideas políticas. El propio Derleth admite en La lámpara de Alzared —un cuento en homenaje a Lovecraft— que su siglo favorito era el dieciocho y que consideraba a la independencia norteamericana como el comienzo de la decadencia de su país. A esto se agrega su simpatía moderada por Hitler (abandonada muy pronto) y una adhesión abierta a Mussolini que lo llevó a plantear en La sombra fuera del tiempo que "el sistema político y económico de la Gran Raza era una especie de socialismo fascista, con los recursos más indispensables distribuidos racionalmente y el poder delegado en un reducido consejo de gobernadores elegidos por los votos de todos aquellos que pasaban con éxito determinados tests educativos y psicológicos". En ese mismo texto se habla de eugenesia. Y, finalmente, ni siquiera sus seguidores más devotos saben cómo exculpar su racismo. "Creo que su racismo es decepcionante no sólo porque lo expresaba con tanta frecuencia en sus textos y sus cartas, sino porque fue un área en la que se rehusó a modificar su pensamiento ante nuevos argumentos", acepta S.T. Joshi, su principal editor actual y anotador de su obra.


Cosmogonías con colores psicodélicos

Aun así, fue a la vez admirado y execrado por Borges (ver recuadro) y es una influencia permanente de ciertas zonas de la cultura popular norteamericana que incluyen nombres como Stephen King, Clive Baker o Ridley Scott, además de escritores de ciencia ficción que siguieron su idea de las cosmogonías alienígenas como Jack Vance o Samuel Delaney. Y es parte esencial del gótico americano. Tal vez a esto colabore su biografía, que tiene esos costados freaks tan al uso de estos tiempos.

H. P. Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 en Providence, capital del Estado de Rhode Island, el más pequeño de los Estados Unidos, y la genealogía de su madre podía rastrearse hasta el "Mayflower", pero que se empeñaba en tratar de convencerlo que era feo y que no debía jugar con niños de clases inferiores. Además, lo obligó a llevar bucles hasta los seis años.

Cuando Lovecraft tenía tres años, su padre sufrió una crisis nerviosa (que muchos adjudican a la sífilis), lo que obligó a que lo internaran en el Centro Psiquiátrico de Providence, de donde entró y salió hasta su muerte.

Lovecraft fue un niño prodigio: recitaba poesía a los dos años, leía a los tres y empezó a escribir a los seis. Su pasión por las novelas policiales lo llevó a fundar la "Agencia de detectives de Providence" a los trece años, al tiempo que devoraba los libros de la biblioteca de su abuelo materno.

No asistió al colegio hasta los ocho años y tuvo que dejarlo después de un año por problemas de salud. La muerte de su madre en 1921 lo llevó a la bancarrota, lo que hizo que encontrara en la escritura —muchas veces por encargo— una forma de ganarse la vida. Tras un fracasado matrimonio con una mujer siete años mayor, se instaló en casa de sus tías y descubrió el placer de los paseos nocturnos por el bosque. No soportaba las temperaturas inferiores a los 20 grados. Murió de cáncer intestinal.

Su momento de mayor éxito fue en los 70, incluso en la Argentina. En el que quizás sea su relato más sorprendente: El color que cayó del cielo, aquí se exige al lector imaginar un color que no existe en el espectro (del mismo modo que en algún relato se debe reconstruir cómo es el "olor a reptil"). Un universo de sensaciones desconocidas en En las montañas de la locura se dice que "aquellas masas viscosas eran sin duda lo que Abdul Alhazred calificó de ''Shoggoths'' en su espantoso Necronomicon, aunque ni siquiera aquel árabe loco intuyó su existencia sobre la tierra, excepto en los sueños de los que habían masticado cierta hierba alcaloide". Tal vez sea un exceso interpretativo asociar la pérdida de color que narra Yellow Submarine (la película emblemática de la psicodelia) con ese color que no se sabe cómo imaginar. Pero sin dudas puede leerse a Lovecraft en una clave alucinada como si en él la locura controlada fuera un sucedáneo y un antecedente del LSD, lo que explicaría la empatía de época con que fue consumido (por no decir devorado) en aquellos tiempos previos a la decepción acerca de las posibilidades ilimitadas —química o no de por medio— de la imaginación.

El último avatar registrado del fenómeno Lovecraft es un libro de Michel Houllebecq, Lovecraft, contra el mundo, contra la vida, publicado en Francia en 1999 y aparecido en español en 2005, donde sostiene, luego de compararlo con Lautreamont y Kant, que "crear un gran mito popular es crear un ritual que el lector espera con impaciencia y al que puede volver con un placer cada vez mayor, seducido en cada ocasión por una repetición diferente de los términos, apenas modificados de forma tan imperceptible que le permiten calar en nuevas profundidades de la experiencia". Puede que sea tiempo de redescubrir esas profundidades.


La mirada de Borges

Aunque algún crítico lovecraftiano haya exagerado al comparar la invención del Aleph con las criaturas fantásticas del autor de los Mitos de Cthulhu, sin dudas un artefacto como el Necronomicon no podía sino fascinar a Borges, quien en una carta de 1937, año de la muerte de Lovecraft, decía: "Aquel Howard era, en cierta medida, como yo. Tras esos cuentecillos de ciencia ficción, tan bellamente escritos, se ocultaba un hombre preocupado por el tiempo, por la Eternidad". Ese entusiasmo se iría apagando y en sus notas sobre literatura norteamericana se habla mucho más de la biografía de Lovecraft que de su obra, algo en parte lógico si uno piensa en la abundancia de adjetivos enfáticos de sus relatos. El episodio último de esta difícil relación se da en El libro de arena de 1973, en cuyo posfacio, Borges afirma: "El destino que, según es fama, es inescrutable, no me dejó en paz hasta que perpetré un cuento póstumo de Lovecraft, escritor que siempre he juzgado un parodista involuntario de Poe. Acabé por ceder: el lamentable fruto se titula There are more things". Más allá de lo lapidario del juicio y de lo desganado del cuento, se trata de un homenaje a alguien cuya lectura atravesó el tiempo e incluso ciertos displaceres para convertirse en una de las inspiraciones borgeanas.


http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2007/01/27/u-01352193.htm

jueves, 15 de febrero de 2007

Erotismo Literario

Lo erótico visual se impone a la literatura


Escritores del género señalan que esta corriente tiene exponentes clásicos pero pocos contemporáneos; novelas como la de Bataille forman parte de una literatura erótica que tiene exponentes clásicos y pocos narradores contemporáneos


Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Miércoles 14 de febrero de 2007


Si el amor se huele, el erotismo se vibra. Tal como lo recrea Georges Bataille en Madame Edwarda cuando dice: "Temblaba; yo la miraba inmóvil; ella me sonreía tan dulcemente que me hacía estremecer. Al fin, me arrodillé; titubeando, puse mis labios sobre la llaga viva. Su muslo desnudo acariciaba mi oreja: me parecía escuchar un ruido de olas como el que se escucha en los caracoles marinos".
Novelas como la de Bataille forman parte de una literatura erótica que tiene exponentes clásicos y pocos narradores contemporáneos.

Con un lugar especial en las librerías, esta escritura se nutre de temas fundamentales como el deseo, que para el escritor Alberto Ruy Sánchez es el motor de la vida. "Es una dimensión central que atañe a la literatura en su investigación sobre la naturaleza de los humanos y cómo se relacionan, se piensan, se imaginan, se atraen o se repelen".

La novela erótica indaga en la seducción, las sensaciones a flor de piel, los divertimentos, el sexo, la inteligencia y la imaginación.

Sin embargo, ese género o subgénero literario no ha alcanzado a consolidarse en colecciones, a excepción de "La sonrisa vertical" que desde 1973 ha publicado, en México, más de 100 títulos bajo el sello de Tusquets Editores. Otros intentos no lograron fructificar.

A últimas fechas, por ejemplo, Colofón lanzó en su sello Axial Fervor textual, colección que publicará, afirma el editor Ramón Cifuentes, obras clásicas y luego editará a narradores actuales en este tema.

A esa situación, se suma la falta de una tradición narrativa y de escritores que se niegan a ser catalogados como autores eróticos porque es incómodo.

Ruy Sánchez afirma al respecto: "Buena parte de los libros que circulan bajo ese subgénero están llenos de lugares comunes, torpezas humanas y complacencias narrativas, o simplemente no existe el interés renovado del público".

El también escritor Andrés de Luna señala: "Yo preferí que mis libros El secreto de las cosas y El invierno apenas comienza no entraran a "La sonrisa vertical" sino a la colección Andanzas porque quería presentarlos como literatura y no como literatura erótica".

La negativa de tener un sello catalogado como erótico es compartida por la editora Marisol Schulz, de Alfaguara, quien asegura que el erotismo está presente en toda la literatura. "Creo que la literatura tiene que cubrir todas las temáticas y todas las preocupaciones del ser humano y de la actualidad. En ese sentido no debemos meternos en temáticas y que se descarten otras cosas, así como no tenemos un apartado de violencia en México; el erotismo no requiere una colección independiente".

Sin embargo, Tusquets ha mantenido por tres décadas "La sonrisa Vertical". Para su editora Ana Estevan representa el interés por no defraudar a los lectores más exigentes y seguir aportando textos que cumplan tres requisitos: que sean de gran calidad, generen en el lector cierta perturbación e inquietud, y les provoquen sensaciones eróticas; en suma, que lleven al lector a leer los libros con una sola mano.

México se caracteriza por una literatura con demasiado erotismo episódico, pero no por un grupo de practicantes del subgénero. Para Ruy Sánchez es una característica de las sociedades altamente reprimidas como la inglesa victoriana del siglo XIX y principios del XX, o la sociedad española franquista.

"En México hay también represión de lo sexual, es cierto, pero la literatura se ha dado permiso de ser y decir muchas cosas que van más allá de lo que tolera la capa más conservadora de la sociedad. Fenómenos como el del secretario de Gobernación retrógrado Abascal censurando activamente a Carlos Fuentes es un capítulo significativo pero no mayoritario en los medios culturales. Recientemente los supermercados censuran las portadas de los libros si les parecen inmorales".

Para el escritor que ha desarrollado una narrativa sobre el deseo en libros como En los labios del agua y Los jardines secretos de Mogador, la censura la genera el aislamiento y la concentración de la literatura exploradora del sexo. "Si hubiera una clara tradición de narrativa erótica en México sería signo de que estaríamos más reprimidos y limitados en nuestras instituciones culturales".

De Luna asegura que la gente se interesa más por un erotismo visual, por las películas pornográficas o algún tipo de imágenes cercanas a eso, que por la narrativa que exige otro tipo de compromiso.

De eso saben los libreros, quienes aseguran que los lectores buscan literatura erótica porque el anaquel siempre luce desacomodado, pero que en realidad compran más libros de sexualidad, es decir de técnicas. Héctor Pons, de El Sótano, dice que es muy común que la gente en estas fechas compre libros como El Kamasutra, "eróticos en el sentido de imágenes, posiciones sexuales, esos se venden mucho más que la narrativa erótica, también hay un apertura en los últimos años de libros de educación sexual".

A Andrés de Luna lo que más le conmueve son las escenas eróticas, los personajes enfrentados a una situación casi límite y donde cualquier roce es de un erotismo extremo, es decir, la intermitencia del deseo.

Para Ruy Sánchez el nuevo reto de la narrativa erótica es atreverse a existir con la sensibilidad abierta sin que le importe ser descalificada por el machismo, el ridículo o la cursilería. Es "atreverse a romper la prohibición del dedo macho levantado al aire como el del maestro dogmático diciéndole al mundo hasta dónde sentir y que no puede atreverse a tratar de tocar los sueños de la amada piel adentro".


http://www.eluniversal.com.mx/cultura/51518.html

miércoles, 14 de febrero de 2007

La Construcción Del Crimen

La Construcción Del Crimen



El relato policial latinoamericano. La reciente edición de la antología El que la hace... ¿la paga? Cuentos policiacos latinoamericanos, ofrece una revisión del género policial en Latinoamérica durante el siglo XX. ¿Cómo miramos los crímenes en esta parte del mundo?, ¿cómo los convertimos en símbolos?



Por Jimena Ugaz*




Para introducirnos en el apasionante mundo de homicidas, testigos y pistas; a finales del año pasado apareció en Lima la colección de relatos El que la hace... ¿la paga? Cuentos policíacos latinoamericanos (Coedición Latinoamericana, 2006), con selección y prólogo de Vicente Francisco Torres. Esta antología agrupa a dieciséis escritores, de trece países latinoamericanos, y cuyos relatos fueron escritos a lo largo del siglo XX.




La colección incluye el relato Rota la ternura (Los Bigardos del Ron, 1929), del costarricense José Marín Cañas. El cuento es protagonizado por un campesino indígena encarcelado por matar al amante de su mujer. Impulsado por un fuerte deseo de reunirse con su hijo, a quien no ve desde hace años, el protagonista se escapa de prisión y emprende un largo y peligroso viaje. Sin embargo, la venganza póstuma del amante se impondrá en un final tan imprevisto para el campesino como para el lector de Marín Cañas.




Otro de los relatos que merece mención es El sueco (1955), escrito por el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal y protagonizado por un extranjero escandinavo que, sin razón aparente, pasa sus días en una prisión de Nicaragua. La fuerte crítica al gobierno de Somoza García-que se condice con la lucha de Cardenal por el Frente Sandinista-se enmascara bajo un superficial humor sardónico. El sueco, de manera adicional, sirve para echar una mirada paralela a la obra de otro escritor, Sergio Ramírez, un novelista empecinado también en la denuncia de la dinastía Somoza en Nicaragua.




Así mismo, en la colección de Torres aparece El juego del muerto (O jogo do morto. O cobrador, 1979), del brasileño Rubem Fonseca. En este relato, la violencia se extiende a todas las esferas de la sociedad: desde los escuadrones de la muerte, hasta una burguesía viciada y corrupta. Esta idea de la degradación del ser humano y la representación gráfica de la corrupción aparece también en otras novelas de Fonseca, como El caso Morel (O caso Morel, 1973) y Agosto (1990).




Los relatos de Cardenal y Fonseca son representativos del tipo de policial que predominó en los países latinoamericanos durante la segunda mitad del siglo XX, un modelo concebido en respuesta a las dictaduras militares y la injusticia social padecidas por los países de esta parte del continente durante aquella época. Vale decir que algunos de los escritores contemporáneos que se han sumado a esta denuncia histórico política son los argentinos Soriano y Piglia, el mexicano Taibo II, el cubano Padura Fuentes, la brasileña Patrícia Melo, y los chilenos Ampuero y Díaz Eterovic.




Variaciones del misterio




Otro de los relatos notables de la colección de Torres es Lo mejor de Acerina (Los viejos asesinos, 1981), del mexicano Luis Arturo Ramos, y que recuerda un poco a la novela policial Últimos días de la víctima (1979), de José Pablo Feinmann. En el cuento de Ramos, el lector queda atrapado en una penetrante narración omnisciente por medio de la cual se progresa en dirección al crimen, al tiempo que se percibe la inminente desgracia. El resultado es un intenso suspenso, acrecentado por la escenificación de la trama en la atmósfera recluida del Salón Cumbayá, con la multitud, la vigorosa presencia de Acerina y la música que, en su precipitación, marca el clímax de la narración y del crimen.




Caso cerrado (Una noche, un sueño 1996), del peruano Carlos Garayar, es otra obra maestra del policial, no sólo por la perspicaz resolución del enigma en manos del inspector Sisniegas, sino por la efectiva escenificación de la violencia urbana: avaricia, traición y un cruento descuartizamiento. Estos elementos, sumados a la corrupción policial y el deslinde que hace Sisniegas del modelo impuesto por el detective clásico, acercan a Caso cerrado al thriller americano y a la novela negra.




En la consideración de los cuentos antologados por Torres, salta a la vista que éstos se resisten a la clasificación o alineación a un tipo específico dentro del género policial. Si bien cabe apuntar que el género abarca todos aquellos cuentos y novelas en los que el crimen y la investigación del crimen tienen una importancia capital, es necesario, para toda agrupación dentro del policial, recurrir a la tipología de Tzvetan Todorov (The Typology of Detective Fiction, 1966). En esta clasificación, Todorov reconoce dos subgéneros principales: 1) el whodunit (policial clásico o relato de enigma), creado por Edgard Allan Poe (protagonizado por Dupin) y continuado por Arthur Conan Doyle (y su legendario Sherlock Holmes); y 2) el thriller (policial duro o novela negra), cuyos escritores más sobresalientes fueron los norteamericanos Dashiell Hammett y Raymond Chandler. Como indica Todorov en su ensayo, este segundo tipo nace a partir de un determinado contexto histórico, social y geográfico: los años de la prohibición, el crimen organizado y la depresión en los Estados Unidos.


Pero quizá la mayor contribución de Todorov al análisis del género fue el haber diferenciado el relato de enigma y la posterior novela negra basándose en el efecto que estas lecturas producían en su receptor: misterio en los relatos de Poe y Doyle, suspenso en las novelas de Hammett y Chandler. Mientras que el misterio del policial clásico estaba relacionado a la identidad del asesino, el suspenso de la novela negra resultaba del seguimiento de las actividades de un detective vulnerable.




Fantasías homicidas




Aunque los cuentos latinoamericanos aquí discutidos se acercan más a la segunda categoría identificada por Todorov, es necesario aclarar que la colección de Torres establece también lazos estrechos con la tradición del relato clásico. Los dos primeros cuentos en la colección son El vástago, de la argentina Silvina Ocampo, y Las señales, del argentino Pérez Zelaschi. Notablemente, estos dos mismos relatos aparecían en la primera antología significativa del género policial publicada en un país latinoamericano: Los mejores cuentos policiales (dos volúmenes, 1943), editada por Borges y Bioy Casares. En esta primera colección, Ocampo, Zelaschi y otros tres argentinos (Peyrou y los mismos editores) aparecen junto a escritores establecidos del relato clásico como Poe, Doyle, Chesterton y Christie.


La consideración de los relatos incluidos en la antología de Borges y Bioy Casares, por su parte, revela que varios de éstos diferían del modelo original del whodunit establecido por Poe en el siglo XIX. En 1928, el norteamericano S.S. Van Dine se ocupó de enumerar los requisitos esenciales para todo relato detectivesco, entre los que figuraban la presencia de un detective, de un criminal y de un cadáver, así como la exclusión de lo sobrenatural o fantástico a la hora de presentar la resolución del enigma.


Curiosamente-como sugieren Borges y Bioy Casares en el prólogo a su antología-y desde sus inicios, el género policial ha guardado una relación muy estrecha con la literatura fantástica. El género detectivesco se inaugura en 1841 con el cuento Murders in the Rue Morgue de Poe, que, en la década de los cuarenta, apareció asociado en varias colecciones con los cuentos policiales El misterio de Marie Roger (The Mystery of Marie Rogêt, 1842) y La carta robada (The Purloined Letter, 1844), pero también con otros relatos en los que el elemento de lo sobrenatural es central para la resolución del enigma-como The Fall of the House of Usher o The mask of the Red Death. Estos últimos relatos, como varios de los antologados por Borges y Bioy Casares en 1943, y por Torres el año pasado, carecen de la figura de un detective y de la pesquisa propia del género, y, sin embargo, el misterio es un elemento esencial en cada uno de ellos. Los cuentos de Poe, como los que escribe Borges un siglo después, se mueven en el límite entre lo policial y lo fantástico, y su objetivo es responder al cuestionamiento de Dupin en el cuento original de 1841: ¿Qué ha ocurrido aquí que nunca antes haya ocurrido?


La reciente publicación de la antología de Torres refuerza la importancia del género policial en la historia más amplia de la literatura latinoamericana, al mismo tiempo que refleja el proceso por medio del cual una determinada nación reescribe, de acuerdo a las necesidades dictaminadas por la historia y la cultura, su propio relato. La selección de Torres incluye tanto a los pioneros como a los innovadores, a amantes del clásico y de la novela dura, a partidarios del misterio y del suspenso. En su variedad, esta antología delinea la evolución de este género universal que, al igual como en el caso latinoamericano, se resiste a una rígida clasificación.




* Middlebury

http://www.elcomercioperu.com.pe/EdicionImpresa/html/2007-02-13/ImEcDominical0670210.html

Marianne Fredriksson

Marianne Fredriksson, escritora sueca

Actualizado martes 13/02/2007 13:36 (CET)


ESTOCOLMO.- La escritora sueca Marianne Fredriksson, autora de 'Las hijas de Hanna', traducido a más de 40 idiomas, murió a los 79 años en su casa de Österskär, según dio a conocer el 12 de febrero la prensa de su país.

La escritora dijo sentirse mal durante la comida del mediodía y murió poco después en su cama, probablemente a causa de un infarto.

El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, la recordó como una "escritora amada por una amplia comunidad de lectores, no sólo en Suecia".

Fredriksson, que era una exitosa periodista, se lanzó a la literatura a una edad tardía, pues comenzó a escribir libros a los 53 años. A nivel internacional se hizo famosa con 'Las hijas de Hanna'. En todo el mundo se publicaron 17 millones de copias de sus 15 novelas.

La crítica no fue nunca muy benévola con sus obras, que en su opinión pintaban una imagen convencionalmente positiva y romántica de las mujeres como "mejores personas, como ocurre en 'Las hijas de Hanna'", la historia de una abuela (Hanna), su hija Johanna y su nieta Anna entre 1871 y 1986.

En español también se publicaron 'Aves migratorias', 'La historia de Simón' y 'Querida hija'.

La prensa de Estocolmo indica que Fredriksson estaba trabajando en una nueva obra en la que quería abordar la historia de la creación desde un nuevo ángulo "místico-religioso", según su agente, Bengt Nordin. El 28 de marzo la escritora hubiera cumplido 80 años.

http://www.elmundo.es/elmundo/2007/02/13/obituarios/1171370171.html

martes, 13 de febrero de 2007

Montano (Ensayo, ficción y autobiografía impresionante de fusión...)

Montano,
by Enrique Vila-Matas, trans, Jonathan Dunne

A literary looking-glass, impressively fusing essay, fiction and autobiography

By Jonathan Gibbs
Published: 08 February 2007

If you have ever wondered who is to blame for all the dross that gets published, here's the answer. It's all the fault of evil moles who live in huge galleries under a volcano on Pico Island, in the middle of the Atlantic, "tirelessly working away, day and night against the literary".

The ravings of a diseased mind, you might say, and you would not be alone. Three pages in, the narrator, the distinguished critic Rosario Girondo, admits: "I am literature-sick. If I carry on like this, literature could end up swallowing me, like a doll in a whirlpool."

The sick critic decides to cure himself by visiting his son, Montano, who has a different problem. After one precocious novel, about writers who give up writing, he finds himself totally blocked. The meeting is an oedipal calamity, and Rosario changes tack.

Rather than curing himself of literature, he decides it would be better for him to turn "into the complete memory of the history of literature... to embody it in my own modest person". So on to Pico, and the moles.

Then, 100 pages in, it stops. Rosario blithely informs us that he invented Montano in order to project on to him his own writer's block. He declares that the next step in his recuperation from literature sickness is to treat us to his autobiography, in the form of a dictionary of literary diarists. This is not talk to make the reader's heart soar. The folding-in of literature on to itself often leads to arid games. But Enrique Vila-Matas, the Spanish author skulking behind Rosario, is in no danger of that.

The names he co-opts into his curious memoir include Gide, Valéry, Borges and Kafka. Most pertinent, though, are mentions of W G Sebald and Claudio Magris, whose books have opened what Rosario calls "new ground in between essay, fiction and autobiography". It is this ground that Montano works, to impressive and delightful effect.

Vila-Matas is far less serious than Sebald or Magris, though he is thoughtful about how writers grow through parasitism on those who came before. But for all the erudition on display (and one of the great merits of Montano is the casual introductions it offers to dozens of European writers), we are never far from a novelistic flourish - a light touch carried through in Jonathan Dunne's fine translation. Will the moles prevail? Not with books like this around.



Traducción Altavista

Montano,
por Enrique Vila-Matas,

Traducción Mirar-cristal literario de Jonatán Dunne A,
Ensayo, ficción y autobiografía impresionante de fusión de Jonatán Gibbs
publicado: el 08 de febrero de 2007

Si usted se ha preguntado siempre quién debe culpar por toda la escoria que consigue publicada, aquí es la respuesta. Es toda la avería de los topos malvados que viven en galerías enormes debajo de un volcán en la isla de Pico, en el centro del Atlántico, "incansable trabajando lejos, del día y de la noche contra el literario".

Los ravings de una mente enferma, usted puede ser que diga, y usted no estaría solo. Tres páginas adentro, el narrador, el crítico distinguido Rosario Girondo, admiten: "soy literatura-enfermo. Si continúo como esto, la literatura podría terminar encima de tragarme, como una muñeca en un torbellino."

El crítico enfermo decide curarse visitando a su hijo, Montano, que tiene un diverso problema. Después de que una novela precocious, sobre los escritores que dan para arriba escribir, él se encuentre bloqueado totalmente. La reunión es una calamidad oedipal, y Rosario cambia la tachuela.

Más bien que curándose de la literatura, él decide que sería mejor que él dé vuelta "en la memoria completa de la historia de la literatura... para incorporarla a mi propia persona modesta". Tan encendido a Pico, y a los topos.

Entonces, 100 páginas adentro, para. Rosario blithely nos informa que él inventó Montano para proyectar encendido a él el bloque de su propio escritor. Él declara que el paso siguiente en su recuperación de la enfermedad de la literatura es tratarnos a su autobiografía, en la forma de un diccionario de diarists literarios. Ésta no es charla para hacer que el corazón del lector se eleva. Doblar-en de la literatura encendido a sí mismo conduce a menudo a los juegos áridos. Pero Enrique Vila-Matas, el autor español skulking detrás de Rosario, está en ningún peligro de eso.

Los nombres que él coopta en su memoria curiosa incluyen Gide, Valéry, Borges y Kafka. Las más pertinentes, aunque, son las menciones de W G Sebald y Claudio Magris, que libros se han abierto lo que llama Rosario "nueva tierra ensayo, ficción y autobiografía medios". Es esta tierra que los trabajos de Montano, al efecto impresionante y encantador.

Vila-Matas es menos serio lejano que Sebald o Magris, aunque él es pensativo sobre cómo los escritores crecen con parasitismo en los que vinieron antes. Pero para toda la erudición en la exhibición (y uno de los grandes méritos de Montano son las introducciones ocasionales que ofrece a las docenas de escritores europeos), estamos nunca lejos de un novelistic prosperamos - un tacto ligero llevados a través en la traducción fina de Jonatán Dunne. ¿Los topos prevalecerán? No con los libros tenga gusto de esto alrededor.

http://enjoyment.independent.co.uk/books/reviews/article2249189.ece

lunes, 12 de febrero de 2007

António Lobos Antunes

Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro anuncia decisão
Lobo Antunes doutor “honoris causa”

Pedro Chaveca

O escritor e médico António Lobo Antunes vai receber o título de doutor "honoris causa" da Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro, que não o atribuía desde 1989.


António Lobo Antunes será o segundo doutor "honoris causa" pela UTAD

09 FEV 07

O Senado da Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro decidiu atribuir o grau de doutor “honoris causa” ao médico escritor António Lobo Antunes. O anúncio foi feito hoje por Armando Mascarenhas Ferreira, reitor desse estabelecimento de ensino.
Mascarenhas Ferreira realça as qualidades literárias do escritor português, várias vezes referenciado para o Prémio Nobel da Literatura e sublinhou ser importante dar o reconhecimento a uma “das personalidades mais importantes da literatura portuguesa, já falado várias vezes para o Nobel da Literatura e que é um dos autores portugueses mais traduzido e lido no estrangeiro".
O reitor aproveitou para sublinhar que é importante dar “mais ênfase à área da cultura” numa altura em que se fala tanto de ciência e tecnologia.
Psiquiatra, soldado e escritor
António Lobo Antunes, nascido em Lisboa em 1942, foi soldado antes de ser escritor. Oficial miliciano foi mobilizado como médico aos 29 anos para combater em Angola, onde conheceu e viveu muitos dos cenários que posteriormente lhe serviriam para escrever os primeiros livros, como “Os Cus de Judas” ou o "Conhecimento do Inferno".
Regressado a Lisboa o médico psiquiatra concilia a escrita com o desempenho da profissão médica, que servirá de pano de fundo ao que escreve nos seus livros.
Embora sonhasse ser escritor desde tenra idade, Lobo Antunes, iniciaria oficialmente a sua carreira literária em 1979, com a publicação no mesmo ano dos livros “Memória de Elefante” e “Os Cus de Judas” e aproximar-se-ia de um dos seus ídolos de infância, W. Somerset Maugham, também ele médico e escritor.
Com 26 obras publicadas em 27 anos de carreira, e já alguns prémios no currículo, como o Prémio Jerusalém ou o Prémio Fernando Namora, Lobo Antunes torna-se o segundo doutor “honoris causa” pela UTAD. O primeiro foi o antigo primeiro-ministro holandês, Rudolfhus Franciscus Marie Lubbers, no ano de 1989.
A cerimónia de doutoramento terá lugar na UTAD durante o primeiro semestre de 2007.

http://expresso.clix.pt/Actualidade/Interior.aspx?content_id=377175

Eduardo Lago (Entrevista)

4/2/2007
LA ENTREVISTA // EDUARDO LAGO
POR NOELIA SASTRE

"La literatura me mantiene limpios los sentimientos"
NOELIA SASTRE

Escritor y director del Instituto Cervantes de Nueva York

Cuando lean esta entrevista, seguramente Eduardo Lago tendrá en sus manos alguno de los 25 libros que devora al tiempo que dirige el Instituto Cervantes de Nueva York. Llegó el 1 de septiembre al despacho donde guarda como un tesoro las obras firmadas por los autores que ha entrevistado. Escritor secreto hasta que la noche de Reyes del 2006 ganó el Nadal con Llámame Brooklyn, Lago vive en Chelsea, es profesor en excedencia de literatura y quiere llenar de jóvenes el Amster Yard, sede del Cervantes, donde aprenden español 3.000 personas al año, y regalar un libro y una rosa cada 23 de abril.

--Su vida ha cambiado en un año.
--Antes era un escritor secreto. Solo había publicado una colección de cuentos y un librito de viajes. Ahora tengo una dimensión pública que no estoy seguro de que me guste.

--Llegó un día a Nueva York y se ha quedado 20 años.
--Es que estaba saturado de mi vida en España. Vine con dos traducciones para quedarme un año, pero la ciudad decidió por mí. Me ofrecieron el doctorado y un trabajo estupendo en la universidad.

--¿Qué es lo primero que enseña a sus alumnos?
--Les digo que la literatura es para disfrutar y que si cuando leen un libro no disfrutan, deben cambiarlo. Yo soy un lector caótico. Ahora estoy con Pynchon, Nabokov, McEwan, Murakami, Chateaubriand, Hugo Ball y, así, hasta 25 a la vez.

--¿Cuál es el placer de la literatura?
--No dejo de aprender y me mantiene limpios los sentimientos. Es un filtro que necesito para vivir.

--Sarah Lawrence es un prestigioso college neoyorquino fundado por mujeres, con un programa de estudios antiautoritario.
--Es una forma muy relajada de acercarse a la educación. No hay notas ni exámentes. Los alumnos son hijos de gente famosa en el campo de las artes, como Paul Auster o Peter Gabriel. Allí estudió Yoko Ono, gente de la familia de Kennedy y de Lorca.

--En sus clases hay mucha mujer y poco hombre. ¿Son distintos en su forma de acercarse a la literatura?
--Yo lo que planteo es si es diferente escribir como mujer o como hombre. Hay una diferencia que me llama la atención, aunque me estoy complicando la vida porque en mi próxima obra el narrador es mujer.

--¿Qué puede avanzarnos?
--Tengo un pacto conmigo mismo, y es que no voy a decir nada de ese libro. He dejado que la idea se mueva sola, organizando la estructura y la cronología. Va a ser una novela corta. A partir del 1 de febrero escribiré siete horas a la semana. Ese es mi modesto objetivo para el 2007.

--¿Cómo se lleva con la crítica?
--La perversión mayor de la crítica es que se considera más importante que la obra literaria en sí. Los críticos pueden aportar algo, pero me he reído bastante de ellos en mi libro.

--¿Tenemos que seguir creyendo en los premios?
--En general, su política es nefasta. El 80% son trampas. No me gustan los que sirven para dar un espaldarazo comercial a un autor ya conocido.

--Mire lo que dice un lector sobre Llámame Brooklyn: "Un gran libro, pero dejad de decir que se parece a Paul Auster. En todo caso es un claro sucesor de Don DeLillo".
--No me identifico con Auster. A DeLillo ya quisiera parecerme. Es un dios en trato directo con la pluma.

--¿Cuándo le propusieron dirigir el Cervantes de Nueva York?
--Tras el Nadal. Y me lo tomé como una bella obligación, porque quiero imponer una visión muy mía. Conozco la ciudad y el medio. Mi antecesor, Muñoz Molina, lo hizo bien.

--¿Qué objetivos se ha marcado?
--Entrar más en el tejido cultural de la ciudad. Atraer a los jóvenes trabajando con un espacio alternativo en Brooklyn y otro en el East Village. Ofrecer una sala a escritores para que hablen de lo que quieran.

--Quiere importar Sant Jordi.
--Me parece una tradición maravillosa y sería estupendo universalizarla. La idea es regalar un libro en castellano, otro en catalán y una rosa. Ya se ha hecho algo en el pasado.

--Y conquistar a la prensa de EEUU.
--Es necesario: no podemos hacer nada sin los estadounidenses y los latinos. Como dice García Márquez, Nueva York es una isla del Caribe. Tenemos una tremenda competencia cultural y hay que crecer más.

--¿Cómo ha vivido la progresión del español en EEUU?
--La batalla de la cantidad está ganada; ahora hay que ganar la de la calidad. Uno de mis proyectos es estudiar qué está pasando con el español en EEUU. He hablado con Humberto López Morales, de la RAE, y ha aceptado coordinarlo. Vamos a repasar todos los aspectos: desde los más teóricos hasta los más cotidianos.

--Llámame Brooklyn le obsesionó durante cinco años. ¿Y ahora?
--Tengo grandes esperanzas de escribir un libro puro, que no venda nada a nadie. No sé vivir sin escribir.

http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=376960&idseccio_PK=1006